Rose of Alabamy, escrita en 1846 por Silas S. Steele, tiene su origen en los espectáculos de minstrel o trovadores ambulantes negros, que causaron furor en Estados Unidos allá por el siglo XIX. El protagonista es un tipo que trabaja en una plantación de algodón de Mississippi, y parte con su inseparable banjo a visitar a su “rosa de Alabama”.
Esta es la versión canónica:
Ahora viene la de Second South Carolina String Band.
James Pentecost, Cory Rosenberg, Carl Anderton, John Allin y Mark Weems nos regalaron los oídos con instrumentos de la época.
Dear Evelina, Sweet Evelina –o simplemente Sweet Evelina– fue publicada en Nueva York en 1863, aunque es posible que fuera conocida con anterioridad por la tradición oral. Los autores se mantuvieron en la sombra y solo dieron a conocer la pista de sus iniciales: M. hizo la letra y T. puso la música, como en una película de espías. La canción resultó muy popular entre las tropas confederadas.
Tom Roush la recuperó para su CD Somewhere between the blue and the gray (2011).
Escuchad ahora la versión del grupo de cuerda 97 Regimental String Band.
He aquí una lectura alejada del country. Se la debemos al prestigioso Mormon Tabernacle Choir, que la incluyó en su disco Songs of the Civil War.
Nacido en Arkansas, Thomas Paulsley LaBeff, más conocido como Sleepy LaBeef, grabó este tema para su disco Roots, junto con Mike Bailey, David Irvin y Katy J. Arnovick.
Terminamos este recorrido por las canciones de amor de la guerra de Secesión con una de las más antiguas, The girl I left behind me, melodía que entonaban ya los soldados británicos en el siglo XVIII con el título de Brighton Camp. Se sabe que fue publicada en Dublín en 1791, y que de allí navegó a Estados Unidos. Ha aparecido en numerosas películas: Fort Apache, La legión invencible y Río Grande –todas ellas de John Ford–, Waterloo, de Sergei Bondarchuck, y La carga de la Brigada Ligera, de Tony Richardson, entre otras.
Escuchemos la marcha de David Butolph.
The Redcoats (“Los casacas rojas”, como se conocía al ejército británico) grabaron esta versión.
California Consolidated Drum Band aportó esta otra interpretación.
Rio Grande
El country marca su territorio (XXX)
85. Deep in the heart of Texas. Comienza hoy una serie de canciones que hablan sobre el mayor estado de los Estados Unidos, a excepción de Alaska. Y hablar del estado de la estrella solitaria es hacerlo de esta canción popular, que alaba la tierra tejana con sus estrellas, sus praderas, su fauna de coyotes y su flora de salvia. Fue escrita en 1941 por Don Swander y June Hershey, y se mantuvo cinco semanas en lo más alto de Your Hit Parade, el programa de radio más escuchado durante la Segunda Guerra Mundial. La versión que vais a escuchar es la de Gene Autry, la más conocida de todas, que cantó en la película Heart of the Rio Grande (1942).
Y, ahora, una curiosidad acerca de este tema tan pegadizo, cuyo estribillo lo acompañaba el público tocando las palmas. Pues bien, la BBC lo prohibió precisamente por este motivo, y es que durante la Segunda Guerra Mundial las autoridades no podían correr el riesgo de que los empleados en las fábricas de armamento lo escucharan y se distrajeran. Increíble, ¿verdad?
86. Somewhere down in Texas. En 2005, George Strait sacó en el sello MCA Nashville un disco al que esta canción da nombre. Strait, oriundo de la pequeña localidad de Poteet, Texas, cuenta que, cuando se retire, lo podrán encontrar descansando en algún lugar de Texas. Fue uno de los temas que eligió para su gira de despedida The Cowboy Rides Along. Sin duda, muy apropiado.
87. The Texas Blues. En ocasiones conocida simplemente como Texas, la canción pertenece al disco de Tex Ritter Wild West (1968). Ritter se identificaba tanto con su estado natal que se cambió el nombre de Woodward Maurice a Tex –mucho más comercial. La letra y la música son de Cindy Walker, y Wayne Gray acompaña al vocalista a la guitarra. El tema hace un exhaustivo recorrido por las ciudades más importante del estado: San Antonio, Houston, Dallas, Amarillo, Fort Worth, El Paso… Se trata de una canción de corte nostálgico ya que el narrador siente “tristeza” cuando no está en alguno de esos lugares.