Troubadour. George Strait, 2008

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Lleva tres años retirado del mundo de la música –su último álbum de estudio es de 2015 y su última gira data de 2014–, pero sigue siendo «el rey del country«. Y lo demuestra con el disco que vamos a escuchar hoy, Troubadour, que apareció en 2008 en el sello para el que ha trabajado toda su vida, MCA Nashville Records.
Considerado uno de sus mejores trabajos, Trobadour se compone de 12 canciones. Conquistó el premio al mejor álbum de la Asociación de la música country y, además, le reportó a Strait su primer Grammy, en la categoría de mejor álbum country. El cantante despliega toda su versatilidad y sale airoso en su reto de dar vida a varios estilos dentro del country.
I Saw God Today, obra de Rodney Clawson, Wade Kirby y Monty Criswell, ganó el premio al single del año en la Asociación de música country. La canción nos presenta a un padre que ha ido al hospital a conocer a su hija recién nacida y está tan orgulloso que dice que «ha visto a Dios hoy».

La canción que da título al disco, Troubadour, es de Leslie Hatcher y Monty Holmes. En esta balada, el segundo single del álbum, el protagonista echa la vista atrás y se muestra satisfecho de su vida como trovador.

El tercer y último single fue River of Love, compuesta por Billy Burnette, Dennis Morgan y Shawn Camp. Se trata de una de las canciones más animadas del disco, en la que el narrador se confiesa atrapado en el río del amor.

Strait se atreve con todo, como lo prueba este western swing, West Texas Town, uno de los dos dúos que contiene el álbum junto con House of Cash. Escrita por Dean Dillon y Robert Earl Keen, Strait la interpreta con el primero de ellos, y se le ve la mar de cómodo. ¿Quizá porque es oriundo de Texas?

Un subgénero del country, muy popular en los años 70 y 80, se centraba en la vida de los camioneros, un público muy fiel a nuestro estilo. En Brothers of the Highway, Strait les hace un guiño.

Cambiamos ahora de registro a una balada lenta a ritmo de vals. It was me fue escrita por Buddy Cannon y Randy Hardison.

Escuchemos ahora al primero que cantó esta canción, Jamey Johnson, que la incluyó en su disco The Dollar (2006).

Del McCoury, el amplificador del bluegrass

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Cuando nuestro protagonista nació en 1939, el presidente de Estados Unidos era Franklin Delano Roosevelt, y, ni cortos ni perezosos, los padres de Del McCoury le plantaron a su hijo el nombre de Delano. En su juventud, su hermano lo introdujo en la música de Flatt & Scruggs y aprendió a tocar el banjo, por lo que sus inclinaciones se orientaron pronto al bluegrass.

A principios de los 60 debutó en el Grand Ole Opry de la mano de otro de los grandes, Bill Monroe. Inmediatamente después empezó su carrera en solitario, primero con el efímero grupo Golden State Boys y luego con The Dixie Pals. En los 80, sus hijos comenzaron a trabajar con él y de este modo se formó The Del McCoury Band, que hasta la fecha ha obtenido dos Grammys: en 2005 por The Company We Keep y en 2014 por The Streets of Baltimore. En 2011, su impagable contribución a la música bluegrass le valió entrar en su Salón de la Fama. A sus 78 años, Del McCoury se mantiene muy activo en el mundillo, con conciertos y periódicas actuaciones en el festival de música bluegrass que él mismo fundó en 2008, el Del Fest.

Uno de sus mejores trabajos es su álbum titulado Del and The Boys (2001). Escuchemos el tema con el que se abre, 1952 Vincent Black Lightning, un tema que había sido compuesto diez años antes por el británico Richard Thompson. El título hace referencia a una marca de motocicletas muy populares a principios de los 50, y la historia que cuenta no puede ser más sencilla. En esta balada folk, un chico cae herido mortalmente por la policía tras intentar un robo a mano armada, y antes de fallecer le da las llaves de su motocicleta, su bien más preciado, a su novia.

Os dejo ahora con la versión original del autor, uno de los máximos representantes del folk-rock británico. La incluyó en su disco Rumor and Sigh (1991).

Robert Earl Keen revitalizó este tema en su reciente disco Happy Prisoner (2015).

Country Urbano (I)

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Comenzamos hoy una nueva serie. A la manera de El country marca su territorio, en la que, a lo largo de cuarenta entregas, recorrimos los estados country, esta vez toca hacer turismo urbano.
Nos centraremos, pues, en canciones country que de alguna manera están relacionadas con ciudades, ya sea porque su argumento se desarrolla allí o simplemente porque el nombre de una ciudad aparece en el título. ¿Estáis dispuestos a acompañarme en este viaje? En ese caso, empecemos por el estado sureño más grande en extensión de Estados Unidos, Texas, que lógicamente abarca el mayor número de urbes representadas en esta lista.
1. Corpus Christi Bay. A juzgar por su letra, esta ciudad costera de Texas, Corpus Christi, invita a la diversión sin freno: “Vivía en Corpus con mi hermano. Éramos el uno para el otro. Se nos daba bien pasárnoslo en grande”, y concluye: “Si tuviera que vivir mi vida de nuevo y no importara cómo, supongo que no podría mantenerme sobrio en la bahía de Corpus Christi”. Escuchemos las dos versiones más conocidas de este tema; en primer lugar, la del cantante de country hispano Johnny Rodriguez que, a mi parecer, es la mejor.

Os dejo ahora con la de Robert Earl Keen, en su álbum Bigger Piece of Sky.

2. Dallas. Uno de los mayores éxitos de Alan Jackson habla de una pareja que se acaba de separar: ella se ha ido a su ciudad natal –Dallas, Texas– y él se ha quedado en Tennessee. Ahora él reflexiona con nostalgia: “Cómo me gustaría que Dallas estuviera en Tennessee para que ella estuviera conmigo”.

La temperatura del licor de maíz

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El pasado mes de febrero Robert Earl Keen revitalizó un gran clásico del bluegrass, Hot Corn, Cold Corn, en su disco Happy Prisoner: The Bluegrass Sessions. Aprovechando este regalazo, ¿qué os parece si hoy escuchamos algunas de sus versiones?
Keen nació hace 59 años en Texas, un estado no muy-bluegrass. Como él mismo ha reconocido en una entrevista, “no soy cantante de bluegrass. La idea es que el disco suene como yo mismo. Quería presentar estas canciones del modo en que las percibo”. Su pasión por el bluegrass y el blues queda fuera de toda duda en Happy Prisoner y, particularmente, en la canción que traemos hoy, cuyos orígenes son, por cierto, desconocidos, aunque es probable que naciera a principios del siglo XX en los llamados “bailes de granero”.
El narrador clama desesperadamente porque le lleven una jarra, no importa si el licor de maíz está caliente o frío. No ha bebido nada “desde Dios sabe cuándo” y le pide a su tía que la llene otra vez.
Los maestros del bluegrass Flatt & Scruggs la incluyeron en su álbum en directo Live at Carnegie Hall (1962).

Esta es la interpretación de Jerry Garcia y David Grisman para su disco Not for kids only (1993).

Escuchemos a Nothin’ Fancy Bluegrass.

Ahora, los Southfork Bluegrass Boys, un grupo compuesto por James Kirk (guitarra y voz), David Kirk (mandolina), Larry Kirk (bajo), Kevin Church (banjo) y Clifton Mark (dobro).

Al efímero grupo Run C. & W. –formado por Russell Smith, el virtuoso del banjo Bernie Leadon, Jim Photoglo y Vince Melamed– se le ocurrió combinarla con I like it like that y la incluyó en su álbum Row vs. Wade (1994).

Ahora, unos tipos de Boulder (Colorado) que funden el bluegrass con el rock y la música cajun. Se llaman Leftover Salmon y la grabaron en Ask the Fish (1995).

Los blugrasseros The Earls of Leicester –Johnny Warren al fiddle, Charlie Cushman al banjo, Barry Bales al bajo, Tim O’Brien a la mandolina, Shawn Camp a la guitarra y Jerry Douglas al dobro– la grabaron en julio de 2014 en la sede del Grand Ole Opry en Nashville (Tennessee).

Por último, disfrutemos de Robert Earl Keen en el citado Happy Prisoner (2015), que precisamente se abre con este tema.