Mickey Gilley, el primo de Jerry Lee Lewis

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Hace 80 años nacía en Mississippi el biografiado de hoy. En su juventud su carrera se vio eclipsada por la de su primo Jerry Lee Lewis, con quien colaboró en los 50. Esta asociación hizo que Gilley adoptara la peculiar forma de Jerry Lee Lewis de tocar el piano.
Su trayectoria se consolidó en los años setenta, cuando consiguió sus éxitos más notorios –Room Full of Roses, I Overlooked an Orchid o City Lights, todos números 1 en 1974–. Aunque comenzó con un sonido country tradicional, fue evolucionando a un estilo más pop, lo que le permitió competir con las nuevas voces que descollaron en la década de los ochenta.
La banda sonora de Cowboy de Ciudad (1980), para la que hizo una versión country del conocido tema soul Stand By Me, amplió su público. No obstante, su estrella comenzó a declinar a finales de esta década, y aunque sale de gira de vez en cuando, no ha vuelto a colocar ninguno de sus singles en las listas de los más vendidos.
Escuchemos uno de sus primeros números 1, Don’t the Girls All Get Prettier at Closing Time, que Gilley incluyó en su álbum Gilley’s Smoking (1976). La canción, obra de Baker Knight, nos presenta a un hombre solo en un bar, fijándose y valorando a las chicas que ve para escoger a una y pasar la noche con ella. A medida que pasan las horas, el alcohol hace mella en él, va bajando sus expectativas y al final termina con la menos agraciada, de lo cual se da cuenta a la mañana siguiente. El narrador se pregunta por qué será que todas las chicas se vuelven más guapas a la hora de cerrar…

 

George Morgan, el crooner de la música country

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Nuestro protagonista de hoy nació en 1924 en Tennessee, aunque pasó su infancia en Ohio. Su voz suave y melodiosa, de crooner, hizo que se le comparara con otro grande de la canción del siglo XX, Bing Crosby.
A mediados de los 40 formó su primer grupo y tuvo trabajos de lo más variados, en restaurantes, panaderías… Su despegue llegó con Candy Kisses. Fue contratado por una emisora de radio de Virginia Occidental y la Columbia se fijó en él.
Morgan fue un clásico del Grand Ole Opry. Su primera actuación tuvo lugar en 1948, cuando reemplazó a Eddy Arnold, y siguió interviniendo allí hasta su muerte. Fue el último artista que actuó en dicha institución antes de que esta trasladara su sede en 1974 y el primero en hacerlo en su ubicación actual, en una ceremonia a la que acudió el entonces presidente Richard Nixon. Otros éxitos suyos fueron Almost (1952), Please Don’t Let Me Love You (1949) o Room Full of Roses (1949).
Murió en 1975 de un ataque al corazón. Años después, en 1998 entró póstumamente en el Salón de la Fama de la Música Country.
Caso curioso, con el primer single que sacó dio en el clavo. En efecto, con Candy Kisses (1949) llegó por primera y única vez al número 1 de la prestigiosa lista Billboard. La canción fue una de las que más satisfacciones le reportó, y su popularidad hizo que muchos lo empezaran a conocer como The Candy Kid (“El chico golosina”). A una de sus hijas la llamó, cómo no, Candy, mientras que la otra es una conocida cantante de country, Lorrie Morgan.
La canción nació en 1947. George lo había dejado con su chica, y en la letra le reprocha su desapego y le dice que los besos falsos de las golosinas significan para ella más que los suyos.
Escuchemos la original de George Morgan.

Ese mismo año, otra de las grandes voces del country, Red Foley, hizo su propia versión en su álbum Hillbilly Fever.

Os dejo ahora con Cowboy Copas, en su álbum Sings his All-Time Hits.

En 1984 Jerry Lee Lewis la incluyó en el disco I Am What I Am.