Situémonos. Año 1969, el debate racial está de plena actualidad en Estados Unidos (en abril de 1968 ha sido asesinado Martin Luther King). No es de extrañar, por tanto, que esta canción se hiciera un hueco en el panorama de aquel año, aunque componerla le llevó bastante tiempo a sus autores. La empezó Barry Etris, que tenía una vaga idea sobre la historia de un hombre a quien su hijo considera un héroe; cuando fallece, su hijo no entiende cómo los héroes pueden morir. Etris no conseguía captar el interés de ninguna discográfica, y entró en contacto con Alex Harvey, quien le ayudó a rehacerla.
Aunque no estaba acostumbrado a coescribir canciones, éste aceptó y, con gran inteligencia, transformó a ese héroe en un hombre negro, Reuben James, un aparcero a quien nadie a su alrededor considera y a quien culpan siempre de los pequeños hurtos que tienen lugar en la localidad. La historia sigue con una mujer soltera blanca del pueblo que muere al dar a luz: Reuben es el único que se ocupa del niño y se convierte en una figura paterna para él. La canción está narrada por este niño, ya adulto, durante el funeral por su tutor, al que solo acuden un predicador y él.
El primero en grabarla fue Kenny Rogers con su grupo The First Edition, en el álbum Ruby, Don’t Take Your Love to Town (1969).
Conway Twitty lo hizo al año siguiente en Hello Darlin’.
De nuevo tenemos que hablar de otra pérdida que nos toca muy de cerca a los amantes de la música country. El pasado domingo fallecía en Florida Mel Tillis (aquí podéis ver su biografía) a los 85 años de edad.
Su carrera artística comenzó tras su paso por el ejército, donde estuvo destinado en Okinawa. Fue compositor y cantante. Dentro de su primera faceta escribió multitud de éxitos para artistas de postín y su gran oportunidad le llegó precisamente cuando una de sus composiciones, I’m tired, escrita junto a Ray Price, fue grabada por Webb Pierce en 1956. Tillis la grabó unos años más tarde en su álbum Heart over Mind (1962). El protagonista busca desperadamente al amor de su vida y asegura estar «cansado de vivir así».
Este éxito le llevó a fichar primero por un modesto sello, Cedarwood, y luego por el más importante Columbia Records, donde se probó como cantante con The Violet and the Rose (1958), en la que presenta un contraste entre el azul –color que asociamos a la tristeza– de las violetas con el rojo pasión de las rosas.
Una de sus mejores composiciones (en colaboración con Danny Dill) llegó a lo más alto en la voz de Bobby Bare en 1963. Me refiero a Detroit City, que Mel grabaría en Big ‘n’ Country (1970). El narrador, que ha ido en busca de una nueva vida en la industrial y deshumanizada Detroit, se siente decepcionado y ansía volver a su casa sureña. «La gente allá en casa cree que soy importante en Detroit, por las cartas que escribo creen que me encuentro bien. Pero por el día lavo coches, por la noche recorro bares, ojalá pudieran leer entre líneas», espeta.
Otra de sus composiciones más emblemáticas fue Ruby, Don’t Take Your Love to Town, que Kenny Rogers grabó en 1969. Os dejo con la interpretación que hizo Mel Tillis del tema en 1976. La canción trata de un soldado de Vietnam –»esa loca guerra asiática»– que llega paralítico a su país y ruega a su novia que no lo abandone.
Aunque, como hemos visto, Mel empezó a grabar su propio material a finales de los 50, fue en los 70 cuando vio la luz la mayor parte de sus éxitos. Escuchemos Good Woman Blues, que salió al mercado en 1976 y se convirtió en su segundo número 1. Este tema fue escrito por Ken McDuffie y habla de un mujeriego empedernido.
El mismo año conquistó su siguiente primer puesto con Heart Healer. El narrador está entusiasmado con su nueva pareja, a la que califica de sanadora de corazones.
Su último número 1 fue Southern Rains en 1980, un tema escrito por Roger Murrah en el que el protagonista afirma que lo que más le gusta de la tierra de Dixie son las lluvias sureñas.
2007 fue para él el año de los reconocimientos: ingresó de manera oficial en el Grand Ole Opry y dos meses después se anunció su entrada en el Salón de la Fama de la música country. Su último trabajo fue You Ain’t Gonna Believe This (2010).
Mel Tillis ha muerto pero su legado se mantendrá vivo, gracias en parte a su hija Pam Tillis, que también se dedica a esto del country.
Como colofón a esta serie, os dejo con otras canciones con nombre propio en el título que ya han aparecido en algún momento en el blog y que también tienen un lugar destacado en la historia del country.
Shel Silverstein es el autor de A Boy Named Sue, que escuchamos recientemente en la popular versión de Johnny Cash. Annie’s Song ilustró musicalmente la entrada dedicada a John Denver, el poeta de Colorado.
Del disco Sweet Sixteen, de Reba McEntire, escuchamos Cathy’s Clown, que grabaron primero los Everly Brothers.
Cuando The Oak Ridge Boys ingresaron en el Salón de la Fama de la Música Country en 2015, os puse su éxito Elvira.
En la reseña biográfica dedicada a Reba McEntire escuchamos Fancy, sobre una hija que es inducida a la prostitución por su propia madre para conseguir dinero.
Loretta Lynn se dedicó ¡una canción a sí misma! en su disco Love is the Foundation. Su título, Hey Loretta.
Uno de los clásicos que hemos escuchado de Dolly Parton es Jolene, sobre una mujer que le pide a otra que no le quite a su novio “solo porque puede”.
Kenny Rogers alcanzó uno de sus primeros éxitos con su grupo The First Edition y este Ruby, Don’t Take Your Love to Town, sobre un veterano de guerra lisiado que suplica a su pareja que no lo abandone “porque todavía necesita compañía”.
Jimmy Dean, basándose en un personaje ficticio y de leyenda, escribió Big Bad John.
En el disco de Alan Jackson Angels and Alcohol (2015) pudimos disfrutar de Jim and Jack and Hank.
Keith Urban fue nominado a los Grammy 2016 por su John Cougar, John Deere, John 3:16. Ode to Billie Joe, la canción más conocida de Bobbie Gentry, también ha tenido su hueco en el blog.
Willie Nelson y Merle Haggard interpretaron a dúo Pancho and Lefty, acerca de dos cowboys, en su disco homónimo.
Lonnie Melvin Tillis nació en Florida en 1932. De niño sufrió un brote de malaria que le dejó como secuela un característico tartamudeo que, sin embargo, nunca le ha afectado a la hora de cantar. Se alistó como voluntario en el ejército y fue destinado a la base americana de Okinawa (Japón), que los EE.UU. conservarían hasta 1972 y, junto con la de Guam, fue la que más utilizaron durante la guerra de Vietnam.
Fue allí, en esa base, donde Tillis exteriorizó sus inquietudes musicales. Formó el grupo The Westerners; al volver a su país, se presentó a una audición para la compañía Acuff-Rose; y se trasladó a Nashville.
Aunque en ocasiones grabara sus propios temas, lo conocemos más por su faceta de compositor. De hecho, su primer éxito le llegó en 1957 con una canción, I’m tired, que escribió para Webb Pierce. Sus mayores éxitos fueron Detroit City, popularizado por Bobby Bare y ya escuchado aquí, y el primero de Kenny Rogers, Ruby, Don’t Take Your Love to Town, que también hemos oído aquí.
Su carrera en solitario despegó en los años 70, cuando sus propias interpretaciones entraron en las listas de éxitos. En los 80 se centró nuevamente en la composición, con temas para George Strait, Ricky Skaggs y Randy Travis, entre otros. En 1976, ingresó en el Salón de la Fama de los Compositores; en 2007, en el de la Música Country; y en 2012 obtuvo la medalla de las Artes de manos de Barack Obama.
Escuchemos, en primer lugar, I Ain’t Never (1972), su primer número 1. Fue escrita por el propio Tillis en colaboración con Webb Pierce. La verdad es que su letra no es lo que se dice muy profunda, ya que el narrador se limita a repetir una y otra vez que “no he visto nunca una chica como tú”. Esta es la versión de Mel Tillis.
Os dejo con la de Webb Pierce, grabada unos años antes, en 1959.
En 1973 John Fogerty la incluyó en su disco The Blue Ridge Rangers.
Y cerramos la entrada de hoy con otro de sus éxitos, Good Woman Blues (1976), compuesta por Ken McDuffie e incluida en el álbum de Tillis Love Revival. Trata sobre un tipo que tiene mucho éxito con las mujeres (“Tengo más mujeres en California de las que puede transportar un tren de mercancías”), y que está encantado de conocerse. El tema también conquistó el primer puesto de las listas.
El texano Kenneth Donald Rogers nació en 1938 en el seno de una familia numerosa (eran 8 hermanos). Su carrera musical empezó a mediados de los años 50 en un grupo de rockabilly, The Scholars; después, pasó por el jazz con la efímera banda The Bobby Doyle Three; y más tarde formó el grupo The First Edition, donde cosechó su primer éxito, Ruby, Don’t Take Your Love to Town (ya escuchado aquí). En 1976, tras la ruptura de la formación, empezó su carrera en solitario e hizo algunas incursiones en el pop, como en Lady, escrita por Lionel Richie. Fue en esta época cuando Rogers sorprendió al público con sus canciones más emblemáticas, como Lucille (un homenaje a su madre), Coward of the County o The Gambler. A finales de los 70, empezó a colaborar con la estrella Dottie West, con quien ejecutó, entre otros, su famoso dúo Everytime Two Fools Collide. También colaboró con Dolly Parton en la magnífica Islands in the Stream (1983), que vendió la nada desdeñable cifra de dos millones de unidades solo en Estados Unidos. En los años 80 y 90, su éxito continuó imparable, y hoy se estima que ha vendido más de 100 millones de discos a lo largo de su carrera.
Otra faceta suya es la de actor: en 1982, interpretó Un paquete con seis, de Daniel Petrie, otro éxito de taquilla, ya que no de crítica. Y la de escritor: en septiembre de 2013, publicó su primera novela, What Are the Chances, escrita junto con Mike Blakely. Ese mismo año entró en el Salón de la Fama de la Música Country. She believes in me, escrita por Steve Gibbs, fue uno de los grandes éxitos de Kenny Rogers en 1979. Su letra, de tono romántico, se centra en el trabajo nocturno del protagonista, un cantante-compositor a quien la suerte nunca ha sonreído. Su mujer, a pesar de todo, sigue creyendo en él. Os dejo con la versión original de Kenny Rogers.
Dos años después, el cantante André Hazes adaptó la letra al holandés en este Zij gelooft in mij.
La balada ha traspasado las fronteras del country, y el artista irlandés Ronan Keating la versionó para su disco de 2004 Turn It On. El tema fue un verdadero éxito en el mercado británico.
En 2011, Scotty McCreery la interpretó en el programa de televisión American Idol.
La música y el arte en general siempre han sido un fiel reflejo de los tiempos históricos que han vivido sus creadores. Durante la segunda mitad de los años sesenta, los Estados Unidos se encontraban enfangados en la guerra de Vietnam, la “estúpida guerra asiática” a la que alude la canción sin nombrarla expresamente. El conflicto sirvió de inspiración a Mel Tillis, que nos habla de un veterano de guerra que ha quedado mutilado (“no fui yo quien empezó esta estúpida guerra asiática pero estaba orgulloso de ofrecer mi contribución patriótica”). Postrado en la cama, escucha cómo su mujer, Ruby, se prepara para salir al atardecer (“la sombra de la pared me dice que el sol se está poniendo”). Supone que va a encontrarse con su amante y le pide desesperadamente que no se lleve su amor a la ciudad, porque, aunque sea difícil amar a un hombre cuyas piernas están paralizadas, él todavía necesita compañía.
La canción fue popularizada por Kenny Rogers en 1969.
El primero en grabarla fue Johnny Darrell, aunque su interpretación fue eclipsada, justamente en mi opinión, por la del maestro Rogers.
En 1967 los Statler Brothers le dieron este toque folk.
Esta es la versión de Roger Miller.
Waylon Jennings también la grabó en 1967.
Esta actuación de Bobby Bare pertenece al programa televisivo The Country Place.
El autor del tema, Mel Tillis, la grabó en 1976 dentro de su álbum Welcome to Mel Tillis Country.
La canción fue apropiadamente respondida por el sexo femenino. Así, Geraldine Strangers grabó en 1969 Billy, I’ve got to go to town, en la que le pide a su marido que tenga confianza en ella y le asegura que siempre le será fiel.