Girl on the Billboard. Hank Mills y Walter Haynes, 1965

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El subgénero de las «canciones de camioneros» nos dio un ejemplo muy notable con este tema de 1965 que hizo popular Del Reeves –fue su único número 1–, aunque el cantante fuera bastante popular en esa década.
Estas «canciones de camioneros» eran muy atractivas para el público, pues tenían un marcado sentido del humor y representaban un soplo de aire fresco ante las canciones de amor que proliferaban en la época del sonido Nashville. Sus autores, Hank Mills y Walter Haynes, la concibieron, en efecto, con un claro matiz festivo. La letra cuenta la historia de un camionero que todos los días hace la ruta de Chicago a Saint Louis, donde ve una valla publicitaria que muestra a una mujer con una encantadora sonrisa y ataviada con una mera toalla. Se enamora de ella (y, a juzgar por el número de accidentes en las inmediaciones, parece que no es el único) y, obsesionado con su imagen, un día decide desviarse de su camino para visitar al artista que diseñó la valla. Le pide los datos de la mujer que le sirvió de modelo y, para su desilusión, este le replica que no se trata de una mujer real. A renglón seguido, nos encontramos al camionero de vuelta en la carretera y recitando que «pronto encontrarán pequeños pedazos de su corazón desperdigados por ahí».
Este es el original de Del Reeves, que apareció en febrero de 1965.

Dave Dudley, casi el iniciador del subgénero «camionero» con Six Days on the Road (1963) (ya escuchada aquí), también hizo su propia versión.

El grupo country canadiense The Road Hammers la grabó en 2006, hacia los inicios de su carrera. Ha sido su mayor éxito hasta la fecha.

Aaron Tippin la interpretó en 2009 para su disco In Overdrive.

Cómo no, este es el tipo de canción que requería una «answer song». Así, en 1965 surgió I’m the Girl on the Billboard, donde la cantante, Joyce Paul, asegura ser la chica de la valla. Aunque le gustaría decir que es real, se enorgullece de su éxito con los hombres y será quien recoja los pedazos de corazón que deje el camionero. La letra también fue escrita por Hank Mills.

Dave Dudley, el ídolo de los camioneros

dave dudley
David Darwin Pedruska nació en 1928 en Wisconsin. Para los estándares de la época, empezó en el country algo tarde. Su carrera no despegó hasta principios de los años 60, tras la publicación por Vee Records de su primer single, Maybe I do (1961), y, sobre todo, de Six Days on the Road, dos años más tarde. Esta canción de camioneros, ya escuchada aquí, lo catapultó a la fama, con más de un millón de copias vendidas, y le permitió cambiar de “casa”, a la discográfica Mercury Records.
En los años 80, el nuevo rumbo que iba adquiriendo la música country atenuó su éxito, pero no así en Europa, donde un grupo country alemán admirador suyo, los Truck Stops, lo volvió a poner en el candelero gracias a su tema Ich möchte so gern Dave Dudley hören (Me gustaría escuchar a Dave Dudley). Dudley, que a lo largo de su carrera grabó unos 70 discos, se volcó desde entonces en el mercado del Viejo Continente, y finalmente murió en 2003.
Escuchemos aquí otra canción de camioneros, Truck driving son of a gun (1965), escrita por Dixie Deen y Ray King, que alcanzó el número 3 en las listas country. Habla de un camionero mujeriego que tiene una amante en cada ciudad en la que para, “desde Boston a Saint Louis”. Él mismo se define como “un ladrón de besos, un marrullero, un camionero hijo de perra”.

Red Sovine, natural de Virginia, se especializó en este subgénero de camioneros y grabó también este tema.

Escuchemos ahora la versión de Ferlin Husky.

Lecil Travis Martin, conocido por su nombre artístico de Boxcar Willie, la incluyó en su repertorio.

Convoy. C.W. McCall y Chip Davis, 1975

convoy
La canción de hoy es otro ejemplo del subgénero del country conocido popularmente como “canciones de camioneros”, del que ya hemos escuchado aquí Truck Driving Man (1954) y Six Days on the Road (1963). Esta es la más famosa de C.W. McCall –pseudónimo de Bill Fries– y se mantuvo hasta seis semanas en el número 1 de la lista Billboard.
La letra, que introduce multitud de referencias a la vida cotidiana de este colectivo, se resume en una conversación ficticia que mantienen por radio dos camioneros, apodados Rubber Duck (“El pato de goma”) y Pig Pen (“El cerdo Pen”, nombre tomado de un personaje de un cómic muy popular en la época al que se le representaba como un joven muy sucio). En la canción transporta cerdos: en un momento dado, Rubber Duck le pide a Pig Pen que se aparte porque el olor es muy “intenso”.
El límite de velocidad impuesto por la crisis del petróleo de 1973, los elevados peajes y los trucos que se gastan las empresas transportistas para falsificar los registros de las horas de trabajo unen al sector en una protesta que va colmando la caravana o convoy. “Cuando estaban en Tulsa, ya había 85”. Los camioneros conducen sin parar por los lugares fijados por la convocatoria, mientras la Policía, a la que la canción llama “osos” por la mascota del Servicio Forestal de Estados Unidos, les persigue. El éxito de la canción hizo que en 1978 Sam Peckinpah se inspirara en ella para su cinta Convoy.
Esta es la versión original de C.W. McCall.

Escuchemos ahora otra del mismo McCall, que escribió para ajustarse al argumento de la película.

El canadiense Paul Brandt la recuperó en 2004.

C.W. McCall nos entregó una secuela, Round the World with Rubber Duck, en 1976.

Por último, escuchemos al grupo español Mocedades, que la adaptó con el título Aire en su disco Amor de hombre (1982). La letra es de Fernando de Diego.

King of the road. Roger Miller, 1964

king of the road
Si hace dos semanas calificaba Six days on the road como el “himno” de los camioneros, hoy os traigo un tema que podríamos definir como el de los vagabundos.
King of the road, publicada en enero de 1965 por Smash Records –que significa “discos de éxito” y, sin duda, este lo fue, nada menos que el mayor de su catálogo– llegó al número 1 en Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, al 5 en Irlanda, y arrasó en la ceremonia de los Grammy de 1966 (mejor single y mejor interpretación masculina de Roger Miller, quien también se cobró el premio al mejor álbum por The return of Roger Miller).
La canción es un himno a la libertad: el protagonista es un vagabundo que no tiene nada, “ni teléfono, ni piscina, ni mascotas, ni cigarrillos”. Por no tener, no tiene ni casa, ya que alquila caravanas para dormir, que suele pagar “empuñando la escoba”. Pero, a pesar de ello, es feliz y se considera a sí mismo “el rey de la carretera” o, de otra manera, “un hombre con recursos aunque sin recursos (económicos)”.
El cine se ha servido de este tema en títulos como En el curso del tiempo (Wim Wenders, 1976), Brokeback Mountain (Ang Lee, 2005) o Hacia rutas salvajes (Sean Penn, 2007).
Escuchemos primero la versión original de Roger Miller, que es la más conocida con diferencia.

Os dejo a continuación con una versión que aparece en el disco de debut de los Statler Brothers, Flowers on the Wall (1966).

Los gemelos escoceses The Proclaimers la grabaron en 1990.

En 1996 Randy Travis versionó este tema en su disco Full Circle.

El grupo germano The wise guys la versionó, adaptando la letra al alemán.

Six days on the road. Earl Green y Carl Montgomery, 1963

six days on the road
Podríamos decir que la entrada de hoy, más que a una canción, está dedicada a un himno. He aquí el tema más representativo –ya que no el primero– en loor de los camioneros. En 1940 Cliff Bruner compuso Truck Driver’s Blues y, en 1954, Terry Fell escribió Truck Driving Man, que ya hemos escuchado aquí; pero fue esta, Six days on the road, la que abrió el camino para que todo cantante country que se preciara aportara su granito de arena a esta suerte de subgénero.
Editada por Golden Wing 3020, la canción fue un tremendo éxito para Dave Dudley, ya que se mantuvo 21 semanas en las listas de country (no olvidemos que numerosos oyentes de country tenían este oficio). Su letra capta a la perfección el aburrimiento que siente un camionero que ha estado conduciendo sin parar durante seis días, y que, por fin, llega a casa, donde lo espera su mujer. Se trata de una de las primeras canciones country que hace referencia explícita al consumo de pastillas; en concreto en el verso que reza: “Estoy tomando pastillas blancas para mantenerme totalmente despierto”.
Os dejo con la versión original de Dudley.

Y aunque en mi opinión ninguna puede competir con el original, abundan, cómo no, las versiones, entre ellas esta de Johnny Rivers de 1974.

O esta otra de Steve Earle, fechada en 1987.

Finalmente, escuchad la versión de Swayer Brown de 1997.