En 1992 Randy Travis llevaba 14 años en activo y tanto él como su discográfica, Warner Bros. Nashville, pensaron que había llegado el momento de sacar un álbum de grandes éxitos. Se pusieron a ello, y Travis se dio cuenta de que tenía material suficiente no para un disco sino para dos. Y, así, el mismo día sacó al mercado Greatest Hits Vol. 1 y Greatest Hits Vol. 2.
El tema que vamos a escuchar hoy pertenece al primero de ellos. Este contiene dos composiciones originales que no habían aparecido en discos suyos anteriores: este If I Didn’t Have You y An Old Pair of Shoes –el primero se convirtió en el décimo tercer número 1 de Travis–.
Con ecos del country más tradicional –en su día se dijo que bebía de las fuentes de George Jones–, el uso de la steel guitar añade atractivo al tema. El protagonista expresa lo afortunado que es por tener a su pareja: «Si no te tuviera, haría mucho tiempo que estaría vagando de ciudad en ciudad como una pluma en el viento y dando tumbos como un barco en el mar», dice la letra.
Escuchemos ya el original de Randy Travis, que, además, era el tema que abría el disco.
Según la astronomía, hoy a las 10 de la noche, hora peninsular, daremos la bienvenida al otoño, que nos acompañará durante los próximos 89 días, hasta el próximo 21 de diciembre. Valiéndonos de este pretexto, escucharemos una serie de canciones country dedicadas a esta estación del año.
Los últimos estertores del verano –en que las temperaturas se resisten a bajar hasta las más agradables propias del otoño– se conocen como el veranillo de San Miguel o de San Martín (según las zonas). En inglés este fenómeno recibe el nombre de Indian Summer, y a estos primeros días del otoño hace referencia la canción que grabaron Brooks & Dunn en 2009 y que ellos mismos firmaron con la colaboración de Bob diPiero. Cuenta un romance entre un jugador de fútbol y una adolescente de Kansas cuya pasión se desvanece «cuando el viento del otoño barre las hojas». La chica, incapaz de hacer frente a las habladurías de su pequeña ciudad, se va a California.
El tema que vamos a escuchar ahora, The Boys of Fall, fue escrito por Casey Beathard y Dave Turnbull y grabado por Kenny Chesney en su disco Hemingway’s Whisky (2010). Una de las actividades que invariablemente trae el otoño es el inicio de la temporada deportiva. Los «chicos del otoño» del título no son otros que los miembros de un equipo de fútbol del instituto.
Green Daniels y Gretchen Peters le ofrecieron el siguiente tema, Chill of an Early Fall, a George Strait, quien lo incluyó en su disco homónimo de 1991. El protagonista sospecha que su pareja le ha sido infiel con un amigo con el que ha reanudado el contacto y siente los «escalofríos de un temprano otoño».
Skip Ewing y Max D. Barnes escribieron Autumn’s not that Cold en 1991, canción con la que Lorrie Morgan abrió su disco Something in Red. Con la llegada del otoño, la narradora echa la vista atrás y recuerda a un perdido amor de verano, pero se sorprende a sí misma al ver que no se siente especialmente triste y concluye que «el otoño no es tan frío».
Escuchemos la grabación de uno de sus autores, Skip Ewing.
Termino con la más antigua de las que vamos a escuchar hoy, pues se basa en un poema de finales del siglo XIX de D. J. O’Malley. Hice alusión a este tema en la entrada dedicada a los cowboys cantantes (ver entrada aquí). Cuando When Work’s All Done this Fall se vistió de música, alcanzó un gran éxito y, en 1925, la versión de Carl Sprague vendió la nada desdeñable cifra de 900.000 copias, todo un hito para la época. La letra cuenta la historia de un conjunto de cowboys que se reúnen por las noches después del trabajo y charlan sobre lo que harán cuando acabe la tarea en otoño. Uno de ellos desea volver a Dixie en compañía de su madre pero, cuando está guiando al ganado, hay una estampida, su caballo cae sobre él y muere. Sus últimas palabras son: «No veré a mi madre cuando se acabe el trabajo este otoño». El tema ha sido interpretado numerosas veces; y una de las más logradas se la debemos a Marty Robbins en 1966.
Michael Martin Murphey la versionaría en su álbum Lone Cowboy (2010).
Los 80 fueron la década prodigiosa para George Strait: sacó un disco por año y todos vendieron más de un millón de unidades, o sea, que se vistieron de platino. Hablemos de su álbum de 1988, una obra de diez pistas editada por MCA Nashville y que produjo tres singles. Su título, If you ain’t lovin’, you ain’t livin’, está extraído de una antigua canción country que grabó Faron Young en 1954.
Se abre con el tema honky-tonk que le da nombre. Compuesta por Tommy Collins en 1954, habla de que lo verdaderamente importante es el amor: «Puede que tengas un Cadillac, una chabola de 40 habitaciones, un cubo lleno de dinero, pero si no tienes abrazos, besos ni amor, no tienes vida». Escuchemos la versión de George Strait, primer single del disco.
Faron Young fue el primero en grabarla.
El segundo single llevaba por título Baby Blue. Escrita por Aaron Barker, se dice que Strait quiso homenajear con ella a su hija Jennifer, fallecida a los 13 años en un accidente de coche. La letra dice: «Trajo colores a mi vida que mis ojos nunca habían tocado».
Famous Last Words for a Fool fue escrita en 1983 por Dean Dillon y Rex Huston. Relata la discusión de una pareja que se acaba separando. Él dijo unas palabras de las que ahora se arrepiente… «Le dije que no la echaría de menos cuando se fuera, que estaba contento de que hubiéramos terminado». Son, en fin, «las últimas palabras de un tonto». Escuchemos la versión de George Strait, que se convertiría en el tercer single del disco.
El tema fue grabado por uno de los compositores, Dean Dillon, en 1983.
Tres grandes, Dean Dillon, Vern Gosdin y Buddy Cannon, escribieron Is it that time again, en la que el narrador, que se lamenta en un bar de su reciente ruptura, se pregunta si ya es hora de cerrar y ha de volver a casa, porque no puede soportar otra noche sin ella.
Skip Ewing y Don Sampson compusieron Don’t Mind if I Do, una romántica canción en la que una pareja se prepara para pasar una velada juntos y olvidarse del mundo exterior. Escuchemos la grabación de Strait, que le imprimió un toque de jazz.
Bigger Man than Me, compuesta por Curtis Wayne, insiste en las dificultades de un tipo para enfrentarse a la soledad, y considera que para vencerla sería necesario «un hombre más fuerte que él».