El silbato del tren (VI)

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Cambiamos de registro en nuestra serie con una canción góspel. Get on Board Little Children, también conocida como The Gospel Train, fue publicada en 1872 y, según algunas fuentes, pudo ser escrita por el ministro baptista John Chamberlain. Tiene multitud de versiones y una de las más conocidas es la de Tennessee Ernie Ford que vamos a escuchar ahora. El narrador recomienda a todos los niños que se suban sin más dilación al tren del evangelio que se aproxima por el recodo, pues «hay sitio para todos, la tarifa es barata, caben tanto los pobres como los ricos y no hay segunda clase».

Great Nashville Railroad Disaster es una historia real sobre un accidente ferroviario que tuvo lugar en Nashville el 9 de julio de 1918. Fue el peor de la historia de esta ciudad y se llevó por delante la vida de al menos 101 personas y provocó 171 heridos, tras un choque frontal entre dos trenes, uno que había salido de Nashville y otro de Memphis. La grabó David Allan Coe en su álbum I’ve Got Something to Say (1980).

Escuchemos ahora Ghost Trains, obra de Famous Lashua que Hank Snow incluyó en su disco dedicado a los trenes Railroad Man (1963). El espíritu de la canción intenta captar la angustia de una pesadilla: un hombre cree ver trenes fantasma en el cielo nocturno hasta que estos se difuminan con la llegada del amanecer. La letra recuerda al clásico de la música western Ghost Riders in the Sky (1948).

Déjame refugiarme en Ti

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Para conmemorar la resurrección de Jesús, escucharemos hoy Rock of Ages, el himno religioso más antiguo que he recopilado en esta serie, ya que se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII.
Fue escrito por el reverendo Augustus Montague Toplady en 1763 y publicado en The Gospel Magazine en 1775, tres años antes de que Toplady muriera de tuberculosis. Según parece, lo escribió durante un viaje a las montañas de Mendip Hills, en los alrededores de Bristol y Bath. Concretamente, cuando se encontraba en el desfiladero de Burrington, Combe fue sorprendido por una tormenta y se refugió allí, lo que le sirvió de inspiración para escribir este tema en el que compara a Dios con una «roca de la eternidad».
La historia ha calado tan hondo en la población local, que una de las rocas de esta garganta se conoce como Rock of Ages y es hoy un notable atractivo turístico. Asociado a los funerales protestantes, se dice que el príncipe Alberto, marido de la reina Victoria de Inglaterra, mandó que lo tocaran en su lecho de muerte, y también sonó en el funeral del primer ministro británico William Gladstone.
El séptimo arte lo ha utilizado en varias ocasiones –siempre en escenas relacionadas con entierros–, véanse La conquista del Oeste (1962), Luna de papel (1973) o El silencio de los corderos (1991). Escuchemos ya algunas de sus versiones.
Jo Stafford y Gordon McRae lo incluyeron en Songs Of Faith (1950).

Johnny Cash en Sings Precious Memories (1975).

Esta es la versión de Tennessee Ernie Ford.

Rosemary Clooney la interpretó en Hymns from the Heart (1959).

La versión de los Statler Brothers forma parte de su álbum Gospel Favorites (1992).

Este tema ha sido traducido al alemán con el título Fels des Heils (Roca de la salvación). Escuchémoslo.

Ahora, una curiosidad: también ha sido traducido al telugu, una de las múltiples lenguas de la India, con el título Naakai cheelcha badda.

Y terminamos con una versión instrumental al dobro.

Tal como soy… voy a Ti

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Hoy vamos a disfrutar de un himno góspel titulado Just As I Am, escrito como un poema por Charlotte Elliott e impreso por vez primera en la publicación Christian Remembrancer, de la que Elliott era editora.
Elliott era de naturaleza enfermiza y, en una ocasión en la que sus padecimientos la tenían especialmente deprimida, se dirigió al reverendo suizo Henri A. Cesar Malan y le confesó que no sabía cómo iba a presentarse ante Dios. Este le contestó que la mejor forma de ir hacia Él era tal como uno es, idea que le inspiró su Just As I am, al que luego pondría música William D. Bradbury.
Elliott escribió unos 150 himnos religiosos, que fueron publicados en su Invalid’s Hymn Book. Casi todos ellos comparten el leitmotiv de la fe como esperanza para sobrellevar el dolor crónico y la enfermedad.
Aquí, el narrador pide a Dios que le acepte en su reino tal como es, aunque reconoce que tiene muchas imperfecciones. Su mensaje lo hace especialmente atractivo para las ceremonias protestantes de bautizos masivos en el río que hemos visto en alguna ocasión en el cine.
Tennesee Ernie Ford la incluyó en Sings 22 Favorite Hymns (1983).

Johnny Cash la versionó en Hymns by Johnny Cash (1959) y en Sings Precious Memories (1975).

Willie Nelson lo hizo en Red Headed Stranger (1975).

Escuchemos a Bill Anderson. Su versión pertenece a I Can Do Nothing Alone (1967).

En 2005 apareció un disco de varios artistas que versionaban diversos clásicos del góspel, More Gospel Music. John MacAnally interpretaba aquí este tema.

La historia de lo invisible

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Hoy empieza la Semana Santa y, como viene siendo habitual en River of Country, os propongo escuchar un tema góspel cada día. Hoy vamos con I Love to Tell the Story, un poema de la misionera británica Katherine Hankey. Durante uno de sus viajes a África, cayó enferma y, en el curso de su larga convalecencia, aprovechó para escribir pasajes sobre la vida de Jesús. Algunos de estos fueron recopilados para crear nuestro tema, al que William G. Fischer –un estadounidense hijo de inmigrantes alemanes que demostró gran habilidad musical desde la infancia (tocaba el órgano y el piano)– se encargó de ponerle música. En la letra, el protagonista afirma que le encanta contar la historia de Jesús y su amor, porque «sé que es verdad y satisface mis anhelos como nada más lo puede hacer».
Tennessee Ernie Ford hizo un arreglo personal en Sing a Hymn with Me (1960).

Eddy Arnold la incluyó en Faithfully Yours (1963).

Escuchemos a Alan Jackson en su primer álbum de música góspel, Precious Memories (2006).

Al año siguiente la versionó Mark Lowry.

¿Cómo suena este himno en clave bluegrass? Esta versión se la debemos a Shiloh Worship Music (2014).

The Oak Ridge Boys la incluyeron en Rock Of Ages: Hymns & Gospel Favorites (2015).

Centenario de Tennessee Ernie Ford

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Tal día como hoy, 13 de febrero, nacía en Bristol (Tennessee) Ernest Jennings Ford. Tanto se identificaba con su estado natal, que hoy todos lo conocemos como Tennessee Ernie Ford (aquí podéis ver la reseña biográfica que le dediqué en los primeros meses de vida de este blog).
Un siglo después, su portentosa voz de bajo barítono nos sigue acompañando, como evidenciaremos a través de unas grabaciones que pueden resumir su trayectoria. Gracias a las cualidades de su voz, precisamente, se fue abriendo paso en el mundo del espectáculo, ya que las emisoras de radio se lo disputaban para contratarle como anunciante.
Sin lugar a dudas, su mayor éxito fue su versión de 1955 del tema Sixteen Tons, que Merle Travis había escrito en 1946, acerca de los sinsabores del trabajo en una mina. «Cargas 16 toneladas, y ¿qué es lo que consigues? Un día más viejo y adentrarte más en las deudas», dice el estribillo. El narrador está tan agobiado por el trabajo, que no puede permitirse ni morir: «San Pedro, no me llames porque no puedo ir, debo mi alma al almacén de la compañía».

You Don’t Have to Be a Baby to Cry aparecía en la cara A del single que incluía Sixteen Tons.

Otra de sus canciones más afamadas es su grabación del conocido tema folk Oh, Shenandoah (1959), que, se cree, nació en el siglo XIX entre los comerciantes de pieles de castor que entraban en el territorio que rodea al río Missouri.

Fijémonos ahora en otra faceta de su carrera, sus grabaciones gospel. En 1956, sacó su disco Hymns, que llegó a ser disco de platino –algo totalmente inaudito para un álbum de ese estilo–; y, en 1964, consiguió un Grammy por otro disco de esa naturaleza, Great gospel songs. Como ejemplo de esta producción, vamos a escuchar In the garden, un himno religioso de hace más de 100 años. El narrador escucha la voz de Jesús en la naturaleza y su voz es tan dulce que hasta los pájaros dejan de cantar para escucharle.

Una de sus primeras grabaciones fue Mule Train (1949), que pertenece a su disco Sixteen Tons. Se trata de una divertida canción de cowboys en la que Tennessee Ernie hace virguerías con la voz. Apareció en la película Singing Guns y fue nominada al Oscar a la mejor canción, que finalmente perdió frente a Mona Lisa, popularizada por Nat King Cole.

A ese mismo álbum corresponde The Cry of the Wild Goose, compuesta por Terry Gilkyson. La letra habla de un hombre de espíritu inquieto que se compara a sí mismo con «un ganso salvaje».

Un poco más cerca de ti

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Al igual que hice el año pasado con motivo de la celebración de la Semana Santa, traeré cada día a este blog un nuevo tema góspel. Para hoy, Jueves Santo, he elegido un clásico de este estilo, Just a Closer Walk With Thee.

Sus orígenes se remontan probablemente a la época de la Guerra de Secesión, cuando la entonaban los esclavos afroamericanos en las plantaciones. Durante muchos años se mantuvo como una canción popular, sin que nadie la hubiera publicado ni patentado. Así fue hasta 1940, cuando un compositor, Kenneth Morris, hizo un viaje en tren y en una de las paradas escuchó a lo lejos esta melodía. Ni que decir tiene que se enamoró de ella. Incapaz de deshacerse de la tonada, se bajó del tren en la siguiente estación y compró un billete de vuelta hacia aquella donde la había escuchado. Entonces, anotó la música y la letra, y las publicó añadiendo algunas líneas.

Desde entonces, Just a Closer Walk With Thee es una de las canciones góspel más versionadas de la historia. A Red Foley, el autor de una de ellas, le cupo el honor de convertirla en la primera de su género que superaba el millón de copias vendidas, allá por 1950. El tema ha traspasado todas las fronteras y ha subyugado incluso al jazz.

La letra habla de la necesidad de caminar un poco más cerca de Dios. «Estaré satisfecho mientras camine, déjame caminar más cerca de Ti». La primera grabación que se conserva es de 1941, obra de The Selah Jubilee Singers. Os dejo ya con algunas de sus múltiples versiones. Comienzo por 1941 y Rosetta Tharpe.

La que ha sido considerada reina del góspel, Mahalia Jackson, la cantó varias veces a lo largo de su carrera.

Esta es la interpretación de Red Foley de la que os hablaba antes.

Tennessee Ernie Ford también consiguió llegar a las listas con su versión de 1957.

En 1959, Patsy Cline la incorporó a su repertorio.

Poco después la cantó junto a Willie Nelson.

He aquí un instrumental que hizo Chet Atkins a la guitarra en Plays Back Home Hymns (1962).

Loretta Lynn en God Bless America Again (1972).

El grupo Alabama la incluyó en su disco góspel Angels Among Us: Hymns and Gospel Favorites (2014).

Termino por hoy con Ronnie Milsap en How Sweet the Sound (2009).

 

Centenario de Merle Travis

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Un 29 de noviembre de hace un siglo nacía en Kentucky Merle Travis, uno de los mejores guitarristas del siglo XX (ver aquí su biografía).

Cien años después de su nacimiento todavía podemos disfrutar de su habilidad con la guitarra, como muestra el siguiente ejemplo. Cannonball Rag fue compuesta por Kennedy Jones pero fueron las grabaciones de Merle las que la elevaron a la categoría de arte, y, así, el propio Travis suele aparecer en los créditos como autor de la misma. Esta versión pertenece a su disco instrumental Strictly Guitar (1968).

Una de sus composiciones más conocidas es Sixteen Tons, en la que cuenta la historia de un minero y su arduo trabajo –Travis nació en una comunidad minera, hecho que determinó muchas de sus canciones–. Aunque él también la grabó, en este caso la versión más conocida es la de Tennessee Ernie Ford de 1955.

Travis fue una figura muy influyente y en ciertos aspectos pionera en la historia de la música: él fue de los primeros que grabó un disco de larga duración, Folk Songs of the Hills (1947). De este álbum vamos a escuchar That’s All.

Los aficionados al cine recordarán Re-Enlistment Blues, un tema compuesto por James Jones, Fred Karger y Robert Wells que aparecía en la película De aquí a la eternidad (1953). Aquí Merle Travis toca la guitarra.

Otro grande de este instrumento, Chet Atkins, era un apasionado del trabajo de Merle Travis, con el que tuvo la dicha de trabajar. Os dejo con I´ll See You in my Dreams, escrita en 1924 por Isham Jones. Merle Travis la grabó en dos ocasiones, una en Strictly Guitar (1968) y otra en su álbum en colaboración con Atkins, The Atkins-Travis Show (1974). El enlace que sigue corresponde a este último.

Termino con uno de sus postreros trabajos antes de su muerte en 1983. Ese año pudimos gozar de su colaboración con Joe Maphis Country Guitar Thunder, del que, como botón de muestra, os traigo la animada pieza instrumental Alabama Jubilee.

 

Merle Travis, el trovador de las minas

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Merle Robert Travis nació en un pueblo minero de Kentucky en 1917. Su infancia le inspiraría algunos de sus éxitos más sonados, como Sixteen Tons o Dark as a Dungeon. De familia pobre, ni siquiera pudo comprarse una guitarra, por lo que aprendió a tocarla con una que le hizo su hermano. Su estilo asombraba a todo el mundo y, a los 20 años, era ya toda una institución en el mundo del folk, cuando el country ni siquiera se llamaba country. Sin ir más lejos, Chet Atkins era un devoto admirador suyo.

Tras un breve lapso en el que sirvió como marine durante la Segunda Guerra Mundial, reanudó su carrera y alcanzó entonces sus mayores éxitos: Divorce Me C.O.D., No Vacancy (ya escuchada aquí) o So Round, So Firm, So Fully Packed, que escucharemos luego.

Otro de sus grandes éxitos fue Sixteen Tons, cuya popularidad se la debemos, sin embargo, a la versión de Tennessee Ernie Ford de 1955. Su carácter pionero se afianza si recordamos que uno de los primeros LPs o discos de larga duración en la historia del country fue suyo, Folk Songs of the Hills (1947).

En 1953 Travis apareció en la película De aquí a la eternidad interpretando su éxito Re-enlistment Blues. En 1970 entró en el Salón de la Fama de los Compositores de Nashville y siete años después en el de la Música Country. Falleció en 1983 de un ataque al corazón.

Entre su numerosa producción, vamos a escuchar su segundo single en alcanzar el primer puesto de las listas. Merle Travis escribió So Round, So Firm, So Fully Packed en 1947 con la colaboración de Cliffie Stone y Eddie Kirk. El narrador se inspira en varios eslóganes publicitarios para alabar a su chica. Así, «tan redondos, tan firmes, tan perfectamente empaquetados» hace referencia a un anuncio de Lucky Strike y, cuando dice «simplemente pregunta al hombre que posee una», se refiere a otro anuncio de los automóviles Packard. «Tiene una pausa tan refrescante» alude, a su vez, a un anuncio de Coca-Cola de los años 40. Esta es la versión original de Merle Travis de 1947.

A ese mismo año pertenecen las dos versiones que vamos a escuchar ahora. La primera es obra de Johnny Bond.

Os dejo con la de Ernest Tubb.

Eddy Arnold la grabó en dos ocasiones, en 1954 y dos años después. Escuchemos esta última.

 

Un amigo que comparte todas nuestras penas

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Con motivo de la celebración de la Pascua os ofreceré cada día clásicos del góspel que, a fuerza de versiones, se han hecho un hueco en este género.

Hoy, Jueves Santo, cuando conmemoramos la Última Cena, escucharemos What a friend we have in Jesus, uno de los temas góspel más conocidos. Su origen demuestra que de la sucesión de tragedias pueden salir los poemas más hermosos, y digo poemas porque el germen de esta canción fueron unos versos de Joseph M. Scriven, un poeta irlandés de familia acomodada cuya novia se ahogó accidentalmente el día antes de la boda.

Scriven emigró entonces a Canadá, donde se refugió en la religión para sobrellevar su pérdida. Unos años más tarde, la tragedia le visitó de nuevo. Próximo a casarse con su prometida Eliza Roche, esta contrajo neumonía y murió como consecuencia de ella. En 1855, le llegaron noticias de que su madre, todavía en Irlanda, se encontraba gravemente enferma y, a modo de consuelo, le escribió un poema, que luego se convertiría en nuestro What a Friend we have in Jesus.

En un principio, no lo publicó y no fue hasta diez años más tarde que se supo que era suyo. En este himno religioso escuchamos: “Cuánta paz nos perdemos, cuánto dolor innecesario soportamos, solo porque no llevamos todo a Dios en oración”. El poeta se pregunta también: “¿Podremos encontrar un amigo tan fiel que comparta todas nuestras penas?” Los últimos años de la vida de Scriven estuvieron marcados por problemas de salud y fuertes depresiones, hasta su muerte en 1866… también ahogado (no se sabe si por accidente o se suicidó). Poco después de su muerte el poema llegó a oídos de un abogado y compositor de Massachussetts, Charles Crozat Converse, quien decidió ponerle música.

Tennessee Ernie Ford la grabó en Sings from his Book of Favorite Hymns (1962).

Escuchemos a Glen Campbell para Favorite Hymns (1989).

Willie Nelson en How Great Thou Art (1996).

Alan Jackson la incluyó en Precious Memories (2006).

Brad Paisley hizo una versión instrumental a la guitarra en Play (2008).

El único álbum góspel de Ronnie Milsap hasta la fecha es Then Sings My Soul (2009). Escuchemos su versión.

El tema también ha sido traducido a diversas lenguas y, en particular, en Asia goza de cierta popularidad. Escuchemos la versión en japonés, traducida como Itsukushimi Fukaki.

Termino con otra versión exótica, esta en hindi. Sunil Solomon canta Yeshu Kaisa Dost Piara.

Shotgun Boogie. Tennessee Ernie Ford, 1950

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Antes del nacimiento oficial del rock, hubo pioneros que anticiparon las característicos de este estilo. Tennesse Ernie Ford fue uno de ellos, y con Shotgun Boogie –25 semanas en las listas, tres de ellas como número 1–, triunfó por todo lo alto.
Este «boogie de la escopeta» presenta una letra muy divertida: el protagonista ve un conejo y una ardilla haciendo estropicios en su jardín. Va a buscar su escopeta, pero se encuentra con una chica y, con el fin de utilizar su escopeta, se van a los arbustos a disparar «grandes palomas». La chica le dice que debería conocer a su padre porque también tiene una escopeta que está siempre cargada. Cuando aparece el padre, dispara con su rifle («ningún cazador de arbustos va a quedarse con mi hija») y el protagonista se va corriendo, pero promete volver cuando al padre se le acaben los casquillos.
Escuchemos primero a nuestro autor, Tennessee Ernie Ford.

Ahora, una grabación radiofónica de Hank Thompson en 1952.

En 1991 la discográfica Bear Family Records sacó una antología llamada Johnny Horton: The Early Years, en la que nos brinda esta otra versión.

En el accidente aéreo en el que murió Patsy Cline también falleció Hawkshaw Hawkins. ¿Lo escuchamos?

Un galés, Shakin’ Stevens, también se atrevió con ella.

Ahora, un artista no tan conocido, Jesse Lee Turner, en 1962.

En 1995 Don Walser la versionó acompañado por grandes instrumentistas de fiddle, steel guitar, piano y percusión.

Ya en nuestro siglo, Chris Scruggs, nieto del virtuoso del banjo Earl Scruggs, y su grupo BR549, nos regalaron este directo en el Grand Ole Opry.