El country marca su territorio (XXIX)

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82. In the Hills of Tennessee. Esta canción fue compuesta por Ira Schuster y Sam M. Lewis e interpretada por el legendario padre de la música country, Jimmie Rodgers, cuya biografía podéis leer en la entrada del 24 de marzo. Rodgers grabó el tema en agosto de 1932, un año antes de morir de tuberculosis, y en él expresa el amor que siente por las colinas de Tennessee.

83. Tennessee. Damos un salto en el tiempo para disfrutar de la voz de Taylor Swift, una de las artistas country que más éxitos ha cosechado en los últimos años. En realidad, Swift no nació en Tennessee, sino en Pennsylvania, pero a los 14 años la música la arrastró a ese estado. La canción, no muy conocida en el conjunto de su producción, nos habla de sus deseos irrefrenables de volver a Tennessee, aunque sea con las alas de la imaginación, ya que ahora se encuentra atrapada en una ciudad de piedra a la que no se puede llamar hogar.

84. Dark Blue Tennessee. Al contrario que la anterior, estamos ante una canción bastante conocida de Taylor Swift. Aquí la artista juega con el doble significado de blue –azul y triste–. Una pareja acaba de separarse: él se ha trasladado a Los Ángeles, pero ella está dispuesta a esperarle en el azul oscuro Tennessee. En la letra, también hay una referencia a William Shakespeare cuando dice “missing you is such sweet sorrow” (“echarte de menos es una pena tan dulce”).

El country marca su territorio (IV)

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9. Arkansas you run deep in me. Uno de los estados que más presume de bellezas naturales de Estados Unidos es Arkansas, es conocido como The natural state. Para conmemorar su 150 aniversario en 1986, proliferaron las canciones sobre sus riquezas. Una de ellas fue esta, escrita por Wayland Holyfield, que no tardó en convertirse en uno de sus himnos. Como curiosidad os diré que este fue el tema que sonó en la ceremonia de investidura de Bill Clinton en 1993, oriundo de Arkansas.

10. Arkansas Traveller. Su autor, Sanford C. Faulkner, sirvió en el ejército confederado durante la Guerra de Secesión, donde alcanzó el grado de coronel. En sus ratos libres era muy aficionado a tocar el violín y, así, compuso esta tonada popular –en un principio totalmente instrumental aunque luego se le fueron añadiendo diversas letras–, que, entre 1949 y 1963, se convirtió en uno de los himnos oficiales de Arkansas. La canción alcanzó un gran éxito y fue una de las primeras grabaciones que se hicieron de música country, en 1922, de la mano de Eck Robertson.
Os dejo con una de sus versiones más alegres, la del South Carolina String Band, que aparecía en su álbum Lightning in a jar. Os pondréis directamente a bailar.

11. This Ain’t California. Esta canción de Landon Michael, oriundo de Missouri, nació en 2012 como tema principal de la película homónima. El festival de cine independiente de Lucerna la consideró la mejor canción country y el mejor vídeo musical del año. El narrador, que vive en Tennessee, intenta convencer a su novia, que se ha ido a California para perseguir sus sueños materialistas, de que vuelva con él, aunque «esto no sea California».

Eddy Arnold, el chico de la voz melodiosa

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Tennesse nos ha dado multitud de estrellas de la música country: Eddy Arnold es una de ellas. Nuestro biografiado nació en 1918 en una granja del condado de Henderson. Llevaba la música en las entrañas: su padre tocaba el fiddle, y su madre, la guitarra. Tuvo que dejar los estudios para ayudar a su familia y se buscó un trabajo de lo más peregrino como ayudante en un depósito de cadáveres.
A los 16 años, decidió probar fortuna en el mundo de la música country y trabajó en diversas emisoras radiofónicas hasta que, en 1943, consiguió entrar en el Grand Ole Opry. A partir de ahí, empezó su apoteósica carrera, vendiendo 85 millones de discos y alcanzando las 147 entradas en las listas de la música country (ostenta la medalla de plata, tras George Jones).
Debido al éxito que alcanzó en los años 40, le ofrecieron un programa de televisión, The Eddy Arnold Show, que inició su andadura en 1952 y se mantuvo en antena cuatro años. El auge del rock and roll perjudicó un poco su carrera, aunque no por ello dejó de sacar discos y de situarlos entre los más escuchados de Estados Unidos.
Arnold murió con las botas puestas. El mismo año en que nos dejó, 2008, consiguió entrar en la lista de los éxitos ¡a los 89 años! con su tema To life, lo que lo convirtió en la persona de mayor edad en colocar una canción en la prestigiosa lista de la revista Billboard. Entre su primer éxito y su última entrada en las listas, hay una diferencia de 62 años…
Aquí tenéis uno de sus numerosos números 1, I really don’t want to know, de 1953. La letra de esta sencilla balada romántica se pregunta, en boca del protagonista, cuántos labios han hecho “brillar el alma” de su amada. Pero es una pregunta retórica. En realidad, prefiere no saberlo.

Escuchemos ahora la versión en japonés de este clásico. Se titula Shiritakunai no (1970) y la canta la dulce voz de Kazuko Matsuo.

Hank Snow, el country traspasa fronteras

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Nacido en Nova Scotia, Canadá, en 1914, Hank Snow tuvo una infancia difícil, marcada por la muerte de dos de sus hermanos y los problemas económicos de sus padres.
La legislación canadiense, advertida de la situación, lo arrancó del seno familiar, y lo despachó a una reform school, una especie de orfanato. Tras el divorcio de sus progenitores, la madre volvió a casarse y las autoridades permitieron al niño volver a casa. Sin embargo, como en una novela de Dickens, el padrastro maltrataba a Hank, que se refugió en la música para huir del horror. A los 12 años, se enroló en una goleta como grumete y, tras pasar dos años en el mar, se dedicó a vender pescado puerta por puerta para no depender económicamente de su padrastro.
En 1933, comenzó a trabajar en una radio local y dos años más tarde su vida cambió al casarse con la mujer de su vida, con la que tuvo un hijo al que llamó Jimmie Rodgers Snow, como su ídolo. En 1936, publicó su primer disco y, en 1945, se trasladó a Tennessee, donde empezó una fructífera colaboración con el Grand Ole Opry.
A principios de los años 50, Snow estaba afianzado como uno de los artistas más influyentes de Estados Unidos, hasta el punto de que fue uno de los descubridores de Elvis Presley. Y, a finales de esa década, en 1958, se convirtió en ciudadano estadounidense de pleno derecho.
Su carrera se extendió a lo largo de sesenta años, durante los cuales llegó a vender más de 80 millones de álbumes. “From rags to riches”, como dice el proverbio inglés.
Hank Snow murió de un ataque al corazón en 1999.
Os dejo con uno de los últimos éxitos de su carrera, Hello, love, que alcanzó el número 1 en 1974, y con el que se convirtió en el cantante más veterano en llegar a lo más alto de las listas (un récord que superaría 26 años después Kenny Rogers con Buy me a rose).
Es una canción romántica. El cantante da la bienvenida a un viejo amor que se fue pero que lo significa todo para él. Cuando vuelve, siente que no necesita más. Todo ello aderezado con una instrumentación portentosa.