Nadie duda de que George Jones ha sido uno de los cantantes de country más influyentes de la historia. Hoy vamos a volver la vista atrás a uno de sus primeros trabajos, What Am I Worth. Lo escribió junto con su amigo de la infancia Darrell Edwards, con quien colaboró en otras ocasiones, por ejemplo en Why Baby Why, su primera entrada en las listas (que ya hemos escuchado aquí).
Como casi todas las canciones de la primera parte de su carrera, está concebida al más puro estilo honky-tonk. En el estribillo, el protagonista se pregunta para qué sirve en este mundo si no vale nada para su amada.
Aunque Jones la grabó en 1955, no salió al mercado hasta el año siguiente, cuando la incluyó en su álbum de debut Grand Ole Opry’s New Star, publicado en Starday Records, de su mentor Pappy Daily.
Ese mismo año, 1955, la grabó Terry Fell.
La versión de Sammy Kershaw pertenece a Don’t Go Near the Water (1991).
Dave Alvin la cantó a dúo con Syd Straw y la incorporó a su disco King of California (1994).
El tema fue versionado por el cantante de rockabilly Sleepy LaBeef en Roots (2008).
Hacia finales de la década de los 60, el country, con muchos años de historia a sus espaldas, se hermanó con el rock, que había surgido en los años 50. Así nació el country-rock.
Uno de sus primeros cultivadores fue el gran Ricky Nelson (luego Rick Nelson), que había sacado su primer álbum en 1957. En 1966, adelantándose a su tiempo, publicó Bright Lights and Country Music, en el que barnizó de rock exitosos temas de nuestro género. Aunque el álbum no llegó a las listas country, injustamente en mi opinión, sí que marcó un antes y un después en su evolución. Hoy vamos a escuchar parte de este disco, primero los temas originales y después las versiones de Nelson.
En primer lugar, el tema que da título al disco, Bright Lights and Country Music, un original de Bill Anderson coescrito con Jimmy Gately en 1965. La letra habla de la influencia positiva que ejercen las luces brillantes y la música country para olvidar los desengaños amorosos. Con todos vosotros, Bill Anderson.
Os dejo ahora con la versión de Ricky Nelson.
El autor de la siguiente canción, Doug Kershaw, creció rodeado de la tradición cajun de Nueva Orleans. Junto con su hermano Rusty, grabó este Louisiana Man en 1961, donde desgrana la vida típica de un hombre de Louisiana que va a pescar al bayou, vende las pieles de los animales que caza, se esfuerza por mantener a su familia numerosa…
Comparadla ahora con la versión de Ricky Nelson.
Otro de los temas versionados por Nelson fue Kentucky means paradise, escrito por Merle Travis en 1947, y que se resume en una exaltación de la vida en ese estado.
De nuevo, Ricky Nelson.
Truck Driving Man, el himno de los camioneros, fue escrita por Terry Fell en 1954.
Ricky Nelson lo condujo así.
Otro Nelson, en este caso Willie, escribió Hello Walls en 1962 y la incluyó en su álbum …And Then I Wrote. La canción habla de la soledad: un hombre que ha sido abandonado le cuenta sus problemas a las paredes, la ventana, el techo, que, naturalmente, le contestan solo con el eco.
La versión de Ricky Nelson, cuatro años después.
La única canción específicamente escrita para el disco fue You just can’t quit, con la que Ricky Nelson se reveló como un escritor de canciones country de primer nivel. Aquí dice que, por muchas adversidades que te presente la vida (aunque se rían de ti, tus amigos desaparezcan o te hagan sentir como un payaso), no puedes abandonar.
Podríamos decir que la entrada de hoy, más que a una canción, está dedicada a un himno. He aquí el tema más representativo –ya que no el primero– en loor de los camioneros. En 1940 Cliff Bruner compuso Truck Driver’s Blues y, en 1954, Terry Fell escribió Truck Driving Man, que ya hemos escuchado aquí; pero fue esta, Six days on the road, la que abrió el camino para que todo cantante country que se preciara aportara su granito de arena a esta suerte de subgénero.
Editada por Golden Wing 3020, la canción fue un tremendo éxito para Dave Dudley, ya que se mantuvo 21 semanas en las listas de country (no olvidemos que numerosos oyentes de country tenían este oficio). Su letra capta a la perfección el aburrimiento que siente un camionero que ha estado conduciendo sin parar durante seis días, y que, por fin, llega a casa, donde lo espera su mujer. Se trata de una de las primeras canciones country que hace referencia explícita al consumo de pastillas; en concreto en el verso que reza: “Estoy tomando pastillas blancas para mantenerme totalmente despierto”.
Os dejo con la versión original de Dudley.
Y aunque en mi opinión ninguna puede competir con el original, abundan, cómo no, las versiones, entre ellas esta de Johnny Rivers de 1974.
O esta otra de Steve Earle, fechada en 1987.
Finalmente, escuchad la versión de Swayer Brown de 1997.
El año que marcó el Big Bang del rock asistió también al nacimiento de uno de los temas country más populares, un sincero homenaje a una de las profesiones más asociadas a este género: la de los camioneros, que ya iban mereciendo su propio himno.
Terry Fell (1921-2007), nacido en Alabama, perdió a su padre a los 13 años y, al igual que Leon Payne (ver The lost highway), se trasladó a California, en esta ocasión acompañado de su madre. En 1959, Fell se alistó en el Ejército y fue destinado a Alemania Occidental, donde conoció a un joven Elvis Presley, que estaba haciendo allí el servicio militar.
Aunque fue Fell quien grabó originariamente la canción, la versión más conocida es la de Buck Owens de 1965. Nos hallamos ante un inmenso clásico del country, cuya letra ha triunfado aquí y allá, como podemos comprobar en la versión noruega de Nordre Sving Blandede Mannskor.
La letra nos habla de un camionero que hace una parada en un bar de carretera de Texas, el Hamburger Dan, donde ha oído que sirven el mejor café del mundo. A cambio de que la camarera se lo sirva, él se compromete a pinchar una canción en la gramola, The truck driving man, y, mientras, nos enteramos de que se dirige a San Antonio, Texas, y de que “cuando lo llamen a la gloria y se lo lleven de este mundo se dirigirá con su camión hacia el cielo”.
Aquí tenéis la versión de Buck Owens: