El Huercasa Country Festival triunfa de nuevo

huercasa 2018

El pasado fin de semana –6, 7 y 8 de julio– tuvo lugar la quinta edición del festival de country organizado por la empresa Huercasa en Riaza (Segovia).

Empezó la noche del viernes de la mejor manera posible, con la presencia de Jamie Wyatt, que en febrero anduvo de gira por España y visitó Zaragoza, Barcelona y Madrid.

Cuando aún resonaban los ecos de su actuación, llegó The Cadillac Three, un grupo de rock sureño compuesto por Jaren Johnston, Kelby Ray y Neil Mason que ya carga con tres álbumes a sus espaldas.

El plato fuerte del día fue el concierto del veterano John Hiatt con su grupo The Goners, en el que sobresale Sonny Landreth a la guitarra. Miembro del Salón de la Fama de Compositores de Nashville desde 2008, Hiatt tocó gran parte de su disco Slow Turning para conmemorar los 30 años de su salida al mercado.

El sábado se abrió con Stephanie Quayle, que homenajeó a Dolly Parton. A continuación, llegó el turno del grupo de Austin (Texas) The Band of Heathens, que presentó su último EP Live Viva Satellite y, además, interpretó una versión de Hurricane, de Neil Young, y otra de Blue, de los Jayhawks. Contaron con la presencia del madrileño Álex Muñoz, que actualmente reside en Nashville y del que ya os he hablado aquí.

Cuando parecía que no sería posible superar el listón, llegó otro momento estelar para cerrar la jornada, de la mano de Steve Earle y su grupo The Dukes. Aparte de tocar diversos temas de su trayectoria, deleitaron a los aficionados con temas de su último trabajo, So you wanna be an outlaw. En el transcurso de su actuación, Earle hizo profesión de fe: “Creo con todo mi corazón que la música puede cambiar el mundo”, señaló cuando sonaban los primeros acordes de Christmas in Washington, de su disco El corazón.

Finalmente, el domingo la organización limitó su programa a la franja matinal, con talleres de Country Line Dance en la plaza mayor de Riaza.

Escuchemos ya algunas muestras del repertorio de los participantes.

Del último álbum de Jamie Wyatt, Felony Blues (2017), os dejo con Wasco, un tema dedicado a esta pequeña ciudad californiana.

El último single de The Cadillac Three es Dang If We Didn’t (2017). El sonido de este grupo ahonda en la tendencia actual del country, tan a menudo indisociable del rock.

El tema con el que se abre el álbum de John Hiatt Slow Turning –al que dedicó casi íntegramente su actuación– es Drive South.

De Stephanie Quayle escuchemos Drinking with Dolly (2016), el primer trabajo de esta cantante de 36 años.

Vamos ahora con la asombrosa The Hanging Tree, de The Band of Heathens.

La canción que da título al último álbum de Earle, So you wanna be an outlaw (2017), instruye a todo aquel que aspira a situarse al otro lado de la ley.

 

My Woman, My Woman, My Wife. Marty Robbins, 1970

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En varias ocasiones me he centrado en este blog en los temas por los que Marty Robbins es más recordado, y casi todos ellos tienen algo en común: captan a la perfección el espíritu del western (véase El Paso; Big Iron; su antológica versión de The Streets of Laredo; o el tema principal de la película The Hanging Tree, por citar solo unos cuantos).
De ahí que la canción de hoy –un tema de amor lento que han grabado artistas del todo ajenos al country– resulte una sorpresa en su trayectoria. En My Woman, My Woman, My Wife, perteneciente al álbum homónimo, el narrador, en su madurez, rinde homenaje a su esposa y su infatigable trabajo, al tiempo que reconoce que es “el cimiento sobre el que me apoyo”. Así, escuchamos: “Manos que son fuertes aunque arrugadas, trabajando en lo que si no no se haría, pelo que ha perdido algo de su belleza por haber pasado demasiadas horas al sol, ojos que muestran algo de decepción, labios cansados pero tiernos con un amor que fortalece mi vida. Soy débil y me desanimo fácilmente, ella simplemente sonríe cuando quiero parar”. La letra evoca la temprana muerte de sus hijos, que nacieron en primavera y fallecieron el invierno siguiente; fue la fe de su mujer la que le hizo seguir adelante. Por ello, termina suplicando a Dios que le dé a ella su porción de cielo, porque es quien en realidad se lo merece.
Escuchemos la versión original de Marty Robbins, que consiguió el Grammy a la mejor canción country de 1971 y llegó al número 1 de las listas.

Ese mismo año Dean Martin la grabó en My Woman, My Woman, My Wife.

Robert Goulet no proviene de la música country sino de los escenarios de Broadway. Os dejo con su versión.

Desviémonos del country un momento para escuchar la interpretación más famosa de Goulet: If Ever I Would Leave You, del musical Camelot (1960), en el que interpretaba a sir Lancelot. Aquí, el narrador habla de la imposibilidad de dejar a su amada “en primavera, en otoño, en verano o en invierno”.

Marty Robbins, el cowboy piloto de carreras

Marty Robbins
Allá por 1925, en un barrio de Phoenix, Arizona, vio la luz nuestro protagonista. Su infancia estuvo marcada por la ascendencia india de su madre. Su abuelo materno, Texas Bob Heckle, le solía contar historias del oeste, que inspirarían su carrera musical posterior. Los problemas económicos de la familia fueron una constante. A la Depresión se unía la vasta descendencia de sus padres –eran diez hermanos– y el alcoholismo del padre, que acabó provocando el divorcio de sus progenitores en 1937. Robbins se marchó de casa y se alistó voluntario en el ejército, del que no salió hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Allí aprendió a tocar la guitarra y a componer canciones y, cuando se reintegró en la vida civil, empezó a tocar en locales de Phoenix y a trabajar en la radio. En uno de esos programas, un grande del country, Little Jimmie Dickens, se fijó en el talento del chaval y movió los hilos para que la Columbia le ofreciera un contrato.
Marty simultaneó su incipiente vocación con otra de sus pasiones, las carreras de coches, y la verdad es que como piloto no lo hizo nada mal, ya que en varias oportunidades cruzó la línea de meta entre los diez primeros.
El primer single de los cerca de 100 que llegó a editar fue I’ll go alone (1952), y su primer gran éxito de ventas le llegó en 1957 con A white Sport Coat and a Pink Carnation, que vendió más de un millón de copias. Pero, sin lugar a dudas, su canción de cabecera fue El Paso (ya comentada aquí), por la que su ayuntamiento lo recompensó, dando el nombre de Marty Robbins a un parque público.
En 1970 obtuvo el Grammy a la mejor canción con My woman, my woman, my wife, compuesta para su mujer Marizona Baldwin. Aparte de ser uno de los cantantes country más populares y un gran piloto de carreras, también se dedicó al cine y, en 1972, protagonizó Guns of a Stranger, en la que hacía de un sheriff que debía matar a un pistolero de Abilene, Texas. Años después, en 1982, apareció en la película de Clint Eastwood El aventurero de la medianoche, que no pudo ver terminada, ya que murió a finales del mismo año de un ataque al corazón.
Escuchemos una de sus canciones, muy conocida por todos los amantes del cine western. Me refiero a The Hanging Tree, que Robbins cantó en los títulos de crédito de la película El árbol del ahorcado (Delmer Daves, 1959).
Escrita por Mack David y Jerry Livingston, tuvo tanto éxito que el artista la incluyó en su disco Gunfighter Ballads and Trail Songs, y fue candidata al Oscar a la mejor canción original (se lo arrebató High Hopes).
La letra, que habla del triunfo del amor sobre las posesiones terrenales, trata de un buscador de oro que se enamora de una mujer pero no puede irse con ella porque tiene que vigilar sus riquezas. Unos hombres se apoderan del metal por la fuerza, y el protagonista es al fin libre para seguir a la mujer que ama.