Telón

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Ayer empezaba diciendo que había que poner otra vela en la tarta de River of country para celebrar su sexto aniversario. Lo que no os dije es que esa vela sería la última.

Cuando comencé este blog, me marqué como objetivo dar a conocer la música country, un género que al menos en España no es muy conocido, ni se cuenta entre los más escuchados; y así, con mi humilde labor, ampliar un poco nuestros horizontes musicales. Confío en haber despertado un poco vuestro interés por este género, porque, de esta forma, habré cumplido mi meta; y, en el caso de aquellos que estuvieseis más familiarizados con esto del country, espero que el blog haya servido para rememorar juntos algunos de los mejores temas de este estilo. En cualquiera de ambos casos, el esfuerzo no habrá sido en vano.

A lo largo de estos seis años, hemos compartido una gran cantidad de música country y otros géneros afines. Como norma general, la respuesta por vuestra parte, lectores y “oyentes”, ha sido muy positiva, tal como revela el incremento de seguidores curso tras curso. Por todo ello, os doy las gracias; al fin y al cabo, vosotros sois los “culpables” de que este blog haya durado seis años, mucho, muchísimo, más de lo que podía soñar cuando lo empecé el 11 de enero de 2014.

Tampoco se nos puede escapar que, desgraciadamente, el tiempo de vida del blog ha coincidido con un declive de la música country; en más de una ocasión he comentado que lo que nos venden hoy como country es, en realidad, pop con espumillón de planta rodadora. Siempre nos quedará el consuelo del bluegrass, ese hermano del country que ha luchado y sigue luchando para conservar sus raíces.

De todas formas, el hecho de que el country de ahora esté un poco descafeinado no ha afectado ni mucho ni poco a esta aventura bloguera, ya que fundamentalmente me he centrado en el country más clásico, y este, como es sabido, no tiene edad. Para corroborar este extremo, ninguna de las entradas del Disco del mes, en las que analizo los trabajos más sobresalientes de cada mes, ha entrado nunca en el ranking de las más visitadas de ningún año, algo que no es de extrañar, porque en general no son country.

Espero que no echéis de menos esta cita. Los contenidos publicados seguirán ahí a vuestro alcance, y la nostalgia será, así, una suerte de fotografía que no amarillea nunca.

Por no perder las buenas costumbres, termino con música. Hay muchas canciones que tratan sobre despedidas, pero he escogido una de Johnny Cash, una de las mayores figuras del country. En su último disco, American IV: The Man Comes Around, publicado en 2002, un año antes de su muerte, incluyó un antiguo tema popularizado por Vera Lynn en 1939 y escrito por los compositores británicos Ross Parker y Hughie Charles. La letra, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, describe el momento en que un soldado se despide de sus allegados antes de entrar en combate y los anima diciendo: “Nos volveremos a encontrar, no sé dónde, no sé cuándo, pero estoy seguro de que nos volveremos a encontrar un día soleado. Sigue sonriendo, como tú siempre haces, hasta que los cielos azules se lleven las nubes grises lejos de aquí”.

 

Nos volveremos a encontrar

 

vera lynn

Hoy toca desviarnos un poco del camino, ya que hablaremos de una cantante que no se dedicó a esto del country, aunque no dejaremos de escuchar versiones de sus temas más famosos en la voz de personalidades de este género. Vera Lynn, nuestra protagonista, fue todo un fenómeno de la música popular allá por los años 40, y si hablamos de ella en este blog es porque justo hoy cumple 100 años. Un desvío más que justificado, pues.

Nacida en un barrio de Londres en 1917, saltó a la fama cuando, a sus poco más de 20 años, grabó We’ll meet again, escrita en 1939 por Ross Parker y Hughie Charles, y empezó a ser conocida como «la novia de las Fuerzas Armadas». A muchos de vosotros, especialmente a quienes vengáis del rock, su nombre os sonará por la referencia que hace Pink Floyd en The Wall, concretamente en Vera, donde se pregunta: «¿Recuerda alguien aquí a Vera Lynn? ¿Recordáis cómo decía que nos volveremos a encontrar un día soleado?». Si, por el contario, lo vuestro es más el cine, habréis escuchado su canción más emblemática, We’ll Meet Again, en ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (1964), de Stanley Kubrick.

En una entrevista concedida en 2009, Lynn explicó que intentaban elegir con el mayor cuidado sus canciones, para que fueran alegres y los soldados que añoraban a sus mujeres y novias se identificaran con ellas. Pues bien: a juzgar por el éxito que tuvo, lo consiguió.

En primer lugar, vamos a escuchar su canción más emblemática, We’ll Meet Again (1939). Se trata de un tema nostálgico en el que un soldado que va a partir a la guerra consuela a sus allegados en el trance de la despedida, diciéndoles que volverán a encontrarse un día soleado, no sabe dónde ni cuándo; y los invita a seguir sonriendo hasta que los cielos azules, con su fuerza, alejen las nubes negras.

Tres años después, la melodía cruzó el Atlántico rumbo a Estados Unidos, y Benny Goodman grabó el tema con la aportación vocal de Peggy Lee.

Escuchemos ahora la versión de Frank Sinatra en su disco Frank Sinatra Sings Great Songs from Great Britain (1962).

Y disfrutemos, como apunté al principio, de una interpretación country de altura, la de Johnny Cash, en una de sus últimas grabaciones. Apareció en American IV: The Man Comes Around (2002). Cash moriría al año siguiente, lo que aporta un significado más hondo a la letra.

Vamos ahora con otro hit de nuestra estrella, The White Cliffs of Dover, que grabó en 1942. Escrita el año anterior por Walter Kent y Nat Burton, se convirtió también en una de las enseñas musicales de la Segunda Guerra Mundial. Aquí, un soldado recuerda cómo sobrevuelan los pájaros sobre los acantilados blancos de Dover.

En América, la orquesta de Glenn Miller acompañó a la voz de Ray Eberle.

Al igual que sucedía con We’ll Meet Again, esta también fue grabada por uno de los grandes del country de la década de los 50 y 60, Jim Reeves.

Vera Lynn grabó A nightingale sang in Berkeley Square, de Eric Maschwitz y Manning Sherwin, en 1940. Otra canción nostálgica en la que el protagonista recuerda cómo conoció a su mujer en Mayfair mientras un ruiseñor cantaba en Berkeley Square.

Bobby Darin la incluyó en Oh! Look at me now (1962).

Otro de los temas con que asociamos a Vera Lynn es There’ll Always Be an England, canción patriótica escrita durante el verano de 1939. El momento no podía ser más oportuno, y la guerra, que estalló en septiembre de ese año, se ocupó de convertirla en un éxito. Sus autores fueron los mismos de We’ll Meet Again, Parker y Charles. Despidámomos con la voz de Vera Lynn… ¡y que cumpla muchos más!