Mud on the Tires. Brad Paisley, 2003

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El tercer trabajo de Brad Paisley, de 45 años, fue Mud on the Tires. Lo editó Arista Nasville, sello al que se ha mantenido fiel desde su debut en 1999.

Paisley comenzó su carrera reivindicando el country neotradicionalista, en la línea de George Strait. En este disco, uno de los que mejor le han funcionado comercialmente, confirmó su habilidad para moverse entre los diversos subgéneros del country: honky-tonk, western swing, bluegrass o country-pop. Y, además, alumbró los cuatro singles que vamos a escuchar a continuación. El primero fue Celebrity, obra del mismo Paisley. El autor reflexiona irónicamente sobre el significado de la celebridad en nuestros días. El narrador expresa su deseo de ser famoso, pero reconoce que no posee ninguna habilidad especial. «Algún día seré famoso, pero ¿tengo algún talento? Bueno, no, pero en estos días no lo necesitas gracias a los reality shows. No puedo esperar a demandar a mi padre, a destrozar un Ferrari de camino a rehabilitación».

El siguiente single fue Little Moments, de Brad Paisley y Chris DuBois. La letra habla de la necesidad de atesorar esos pequeños momentos que componen una relación. Paisley confesó que la inspiración le vino de su mujer.

Whiskey Lullaby, un dúo con Alison Krauss, se alzó con el premio a la mejor canción del año de la Asociación de música country. El tema fue escrito por Bill Anderson y Jon Randall, quienes se inspiraron vagamente en el divorcio de este último. Se trata de una balada con aires de tragedia griega, centrada en la separación de una pareja. Él bebe para intentar olvidarla y acaba muriendo alcoholizado. Ella, que no puede soportar la culpa, sigue sus mismos pasos y muere también. Finalmente, los entierran uno al lado del otro.

El disco se abre con la canción que le da título, Mud on The Tires. Fue compuesta por Brad Paisley y Chris DuBois, y resultó el último single en aparecer. El narrador consigue un préstamo para comprar un Chevrolet y le propone a su novia que salgan a celebrarlo, para que el coche coja «un poco de barro en los neumáticos».

Otra de las canciones del disco (que no llegó a salir como single) es The best thing I had going, escrita por Jerry Salley y Chris Stapleton. Cuando Stapleton, que lleva un par de años monopolizando la escena country, empezó en este negocio, lo hizo como compositor, y he aquí uno de sus primeros temas en colaboración. Paisley lo interpreta en clave bluegrass.

 

Brad Paisley, un talento desde la cuna

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Nuestro protagonista nació en Virginia Occidental en 1972. Descubrió el country cuando su abuela le regaló una guitarra y le enseñó a tocarla. A los 13 años, Brad Paisley, con unos amigos mayores que él, formó su primer grupo a nivel profesional. Su talento llegó a oídos del director de su colegio, que le puso en contacto con el responsable de una emisora country local. Así fue como se empezó a codear con los grandes, George Jones o Ricky Skaggs entre otros.
Su primer contrato como compositor lo firmó con EMI Nashville, y su primer éxito, Another You, lo escribió para David Kersh en 1996. Tras empezar a trabajar con Arista Nashville como solista, debutó con el álbum Who Needs Pictures (1999), que lo catapultó a la fama. Hoy sigue ligado a esa casa discográfica. Otro de sus discos más reputados es Mud on the Tires (2003), y en mayo de este año pudimos disfrutar de su último trabajo, un dúo con Demi Lovato titulado Without a Fight, primer single de su próximo disco, aún por anunciar.
Su trayectoria resulta intachable: 12 millones de discos vendidos, 3 Grammys, 14 premios de la Academia de Música Country, 14 premios de la Asociación de Música Country y, por supuesto, miembro del Grand Ole Opry desde los 28 años.
En Whiskey Lullaby, perteneciente a su álbum Mud on the Tires (2003), cantó con Alison Krauss, y se considera justamente una de sus mejores canciones. El tema ya apareció en mi colaboración para El Gramófono Canciones sobre whisky (aquí la podéis recuperar).
Escuchemos ahora We Danced, de Who Needs Pictures. El tema fue compuesto por Brad Paisley y Chris Du Bois, y no tardó en escalar a lo más alto de las listas. El narrador regenta un bar, y una clienta le dice que ha perdido su bolso allí. Efectivamente, el dueño lo ha encontrado, pero se lo dará solo con una condición: que baile con él. La pareja se empieza a conocer y se enamoran y, al estilo de una comedia romántica de Hollywood, él le propone matrimonio y ella acepta, pero con una condición: que vuelvan a bailar juntos.