Cannonball Blues. Familia Carter, 1936

cannonball blues

Como hemos comentado en alguna ocasión, en los años 30 era habitual que los artistas incluyeran en su repertorio canciones de temática ferroviaria, como Wabash Cannonball, que ya escuchamos aquí.

El ejemplo de hoy se lo debemos a la familia Carter. A.P. Carter adaptó una melodía popular que, a lo largo de la historia, ha tenido varias letras. Por ejemplo, esta de 1926 en la que se habla del asesinato del presidente McKinley (uno de los cuatro presidentes de Estados Unidos asesinados, junto con Lincoln, Garfield y Kennedy). Obra de Charlie Poole, lleva por título White House Blues.

O esta otra que trata de las simpatías nazis de Charles Lindbergh, un célebre aviador de Estados Unidos. Woody Guthrie publicó Lindbergh en 1944.

Volviendo a nuestro tema, la familia Carter lo grabó por primera vez en 1936. Un hombre acaba de ser abandonado por su pareja («se ha ido e incluso se ha llevado mis zapatos») y decide poner tierra de por medio subiéndose al tren Cannonball, que cubre el trayecto entre Buffalo y Washington.

El grupo de bluegrass de Missouri The Dillards lo versionó en A long time ago: The first time live (1999), que recopilaba grabaciones del grupo de los 60.

Grandpa Jones lo incluyó en Family Album (1979).

Os dejo con la versión del gran revitalizador del bluegrass Bill Clifton.

Este tema folk también recibe el nombre de Solid Gone. Lo escuchamos aquí en la voz de Tom Rush y el álbum Tom Rush (1965).

Ese mismo año Maybelle Carter volvió a grabarla, suprimiendo la referencia al tren y con el citado título Solid Gone.

Doc Watson y su hijo Merle la versionaron en su álbum Down South (1984).

Un forajido de leyenda

jesse-james-9352646-1-402

Ríos de tinta (y de celuloide) han corrido sobre la figura de Jesse James, uno de los más emblemáticos ladrones de bancos y trenes que haya existido nunca.

Hijo de un predicador que falleció cuando Jesse era niño, en su juventud luchó en la Guerra de Secesión en el bando confederado –era oriundo de un estado sudista, Missouri–, después de que su granja fuera brutalmente atacada por las tropas de la Unión. Resultó herido hacia el final de la misma y, tras la derrota de los suyos, se asoció con su hermano mayor, Frank, que moriría por causas naturales a los 72 años, y empezó su vida de forajido.

Después de unos años de clandestinidad, un nuevo miembro entró en su banda. Se llamaba Robert Ford, y fue el hombre que lo traicionó y mató en abril de 1882, cuando su mentor tenía 34 años y el judas 20. Este moriría, a su vez, en 1892, asesinado en un saloon de Colorado. Hasta aquí el breve resumen de la vida de Jesse James. El folk, como no podía ser menos, también ha tenido que decir algo al respecto. Aunque no se conoce con certeza cuándo fue compuesta, probablemente a finales del siglo XIX, Jesse James –también conocida como The Ballad of Jesse James– fue el homenaje de la música a la figura de este bandolero que, gracias a un periodista con el que trabó amistad, empezó a ser considerado por el pueblo como una especie de Robin Hood que robaba a los ricos para dárselo a los pobres (algo que, según los historiadores, no es más que una mera leyenda). La primera grabación que se conserva de este tema es la de 1919 de Bentley Ball. En 1924, Buscom Lamar Lunsford le siguió los pasos. El tema apareció en 1939 en la escena final de la película Tierra de audaces, de Henry King, sobre la vida de Jesse James.

Escuchemos la versión de Woody Guthrie (1944).

El escocés Lonnie Donegan, el artista británico de mayor éxito antes de Los Beatles, hizo su propia versión en 1956.

Eddy Arnold la incluyó en su álbum Thereby Hangs a Tale (1959).

The Kingston Trio nos brindó esta interpretación en Close Up dos años después.

Este clásico se suele tocar en clave bluegrass. La versión más conocida dentro de este estilo es la de The Country Gentlemen en 1968.

El gran Johnny Cash la grabó en 1979 para su álbum The legend of Jesse James, aparecido el año siguiente.

Y, para terminar, Ry Cooder, que nos ofreció este instrumental para la banda sonora de The Long Riders (1980).

 

John Steinbeck y el folk

tomjoad

En el disco folk del que os voy a hablar hoy, Bruce Springsteen establece una relación entre la literatura y la música. Me explico: la novela de cabecera de John Steinbeck es Las uvas de la ira, un clásico de la literatura social ambientado en los años de la Gran Depresión. Su protagonista lleva por nombre Tom Joad, y el disco de Bruce –sin duda, uno de sus mejores trabajos– se titula The ghost of Tom Joad (1995). Centrado en las condiciones de vida y las dificultades del hombre común, ganó el Grammy al mejor álbum folk en la edición correspondiente.

Vamos con el tema que da título al disco. Dedicado a la clase trabajadora en general y a su particular lucha por la vida, una de sus estrofas recuerda el parlamento más famoso de la novela (y de la adaptación cinematográfica posterior): «Donde haya un policía pegando a un tipo, siempre que llore un recién nacido hambriento, donde haya una pelea contra la sangre y el odio sobrevuele el aire, búscame, mamá, estaré allí, donde alguien luche por un lugar en que quedarse o un trabajo decente o una mano amiga, dondequiera que alguien luche por ser libre, mira sus ojos, mamá, me verás a mí».

Para componer la canción que acabamos de escuchar, Bruce se inspiró en una anterior: en 1960, Woody Guthrie escribió The ballad of Tom Joad, en la que narra la vida de Joad según el texto de Steinbeck.

Otro tema es Youngstown, nombre de una localidad de Ohio cuya historia desgrana Springsteen a lo largo de la canción, desde el descubrimiento del mineral del hierro en 1803, que dio lugar a sus famosas fábricas de acero, hasta la actualidad. El narrador es un veterano de Vietnam cuyo padre luchó en la Segunda Guerra Mundial y que, tras esta, trabajó en las fábricas de acero en unas condiciones muy precarias hasta el cierre del complejo por no dar beneficios.

En The New Timer Springsteen habla sobre un hombre que se ve obligado a dejar su hogar para buscar trabajo, y las circunstancias le llevan a convertirse en un vagabundo.

 

Donde hay música, nadie piensa en pelear

dream-rovers

Aunque la música country nació en Estados Unidos, sus canciones y lo que estas representan tienen seguidores en todo el mundo. Haciéndome eco de un artículo aparecido en el portal Saving Country Music, hoy os voy a hablar de un grupo country procedente de un país al que uno jamás asociaría con este tipo de música: Irán.

Erfan Rezayatbakhsh –Elf, para abreviar– nació y creció en Teherán, escuchando clásicos de música country. Junto con el guitarrista Ahmad Motevassel, creó en 2007 los Dream Persians, que terminaría derivando en los Dream Rovers. Su primer disco, Flashback Album, era una colección de versiones de grandes maestros del country: Charley Pride, Merle Haggard, Merle Travis o el grupo Sons of the Pioneers. A este le siguió otro con material original, Off the Road, en el que también se incluían diversas versiones de canciones escritas por Shel Silverstein.

Elf reconoce que, viniendo de donde viene, el camino para tocar country no ha sido fácil, y, desde luego, la retórica política no ayuda: los medios de comunicación iraníes se suelen referir a Estados Unidos como el Gran Satán, y estos no le van a la zaga, al incorporar a la República Islámica en el «eje del mal» en tiempos de Bush, o decretando ahora, mediante una orden ejecutiva, que sus ciudadanos no puedan entrar temporalmente en Estados Unidos. En palabras de Elf, «esta animosidad política solo aleja a unas personas de otras. Donde hay música, nadie piensa en pelear».

Aun así, este artista consiguió todo un hito en su país: actuar en la Universidad Sharif de Tecnología de Teherán con una notable concurrencia, lo que lo impulsó a pegar el salto y trasladarse a Estados Unidos. Se matriculó en una universidad de Tennessee, donde estudió música country y bluegrass, graduándose en 2014 –el primer iraní de la historia graduado en ese centro–. Al no poder prorrogar su visado de estudiante, actualmente reside en Ontario, Canadá, y ya trabaja en su siguiente álbum, que saldrá en Irán en abril. Después, planea sacar otro que estará disponible a través de la red.

Escuchemos en primer lugar su primer single, Dear Superstar. La letra está estructurada como una carta de un fan a una estrella del country, en la que le anima a no ovidar sus orígenes y a «no vender su alma al diablo».

En 2014, mientras estudiaba en Estados Unidos, compuso y grabó The Girl I Know, en la que suenan el dobro, el banjo y el fiddle.

Vamos ahora con varias versiones suyas de temas clásicos del country. Oklahoma Hills fue compuesta en los años 40 por Woody Guthrie, y en 1944 su primo Jack la grabó con mucho éxito. Esta es la versión de Dream Rovers.

Os dejo ahora con la original de Jack Guthrie.

Escuchemos esta versión en directo del Friends in Low Places de Garth Brooks, compuesta en 1990.

También ha versionado el tema Dallas, de Alan Jackson.

Highwayman. The Highwaymen, 1985

HIGHWAYMAN
Cuatro de los grandes de la música country, Johnny Cash, Waylon Jennings, Willie Nelson y Kris Kristofferson, se unieron en un grupo llamado The Highwaymen en 1985 y grabaron tres discos hasta su disolución en 1995. Este que os traigo hoy fue el más importante de todos ellos. Producido por Chips Moman, fue editado por Columbia Records. El tema inicial, Highwayman, ya lo escuchamos aquí.
Vayamos, pues, con Big River, versión de los cuatro en discordia de un tema popularizado por uno de ellos, Johnny Cash, que la grabó en dos ocasiones: en 1958 en Sings the Songs that Made Him Famous, y en 1964 como parte de su álbum I walk the line.
Escrita por el mismo Cash, su letra es toda una lección de geografía. Un hombre va persiguiendo a la mujer de la que se ha enamorado por todo el río Mississippi pero, para su desgracia, siempre se le escapa y, en todos los sitios donde para, le dicen que ya se ha ido siguiendo el curso del río. Al final se da por vencido, porque, según dice, “ama al río más que a él”. «Las lágrimas que lloré por esa mujer te van a inundar, gran río, y me voy a sentar aquí hasta morir”, advierte.

Os dejo ahora con su grabación en solitario en 1964.

Sirva el tema que vamos a escuchar ahora para rendir homenaje a un compositor country fallecido hace unos días, Guy Clark. En la letra de Desperados Waiting for a Train, el narrador echa la vista atrás por el ocaso de un viejo amigo que, durante su infancia, fue como un padre para él: estaban tan unidos como “forajidos esperando un tren”.

Deportee (Plane Wreck at Los Gatos) es una canción protesta basada en un hecho real. En 1948 se produjo un accidente de aviación en Los Gatos (California). El aparato se disponía a deportar a unos inmigrantes a México. Woody Guthrie, su autor, clamó entonces contra el trato que la prensa dio a la noticia, silenciando los nombres de los inmigrantes fallecidos (28). “¿Quiénes son estos amigos, todos esparcidos como hojas secas?”, se preguntaba. Por supuesto, los medios sí dieron cobertura a los cuatro miembros americanos de la tripulación. Así la recuperaron The Highwaymen.

Against the Wind fue escrita en 1980 por Bob Seger y es uno de los temas más rockeros del disco. El narrador recuerda el ya perdido espíritu de rebeldía de su juventud: “Busco un refugio contra el viento, ahora tengo más en qué pensar, como plazos y compromisos”. Escuchemos, en primer lugar, la versión original de Bob Seger, que mereció un Grammy al año siguiente.

Os dejo con la versión del álbum Highwayman.

Destinado a la Gloria

Woody+Guthrie+Bound+For+Glory+518194
Hoy os voy a hablar de una película biográfica sobre Woody Guthrie, quizá el icono del folk más importante del siglo XX. La cinta lleva por título Bound for Glory y en España se estrenó utilizando el título de su canción más conocida, Esta tierra es mi tierra (ver entrada 10 abril).
Dirigida por Hal Ashby en 1976, la protagonizó David Carradine y consiguió dos Oscars de la Academia. Está basada en el libro homónimo de Woody Guthrie, escrito en 1943 a instancias del musicólogo Alan Lomax, que fue uno de los que más hizo por lanzarle a la fama. Cuenta unos pocos años de su vida, entre principios y finales de los años 30. Comienza cuando ya estaba casado (lo hizo en 1931) y termina cuando va camino de Nueva York en 1940, momento en que empieza a ser realmente conocido.
Guthrie nació en Oklahoma en 1912. Sufrió en sus carnes la Gran Depresión, subrayada por la feroz sequía que asoló su región natal durante la década de los 30. Como tantos naturales de Oklahoma y de otros lugares del centro de Estados Unidos, se vio obligado a emigrar a California para ganarse la vida. Gran parte del metraje ahonda en las vicisitudes a las que tuvo que hacer frente en esa odisea y presenta un concienzudo retrato de los personajes con los que se va encontrando. Radicado en Los Ángeles entre 1937 y 1939, trabajaría en una radio local, la KFVD, con su compañero Maxine Crissman, apodado Lefty Lou.
Escuchemos ya algunas canciones de su banda sonora. La cinta se abre con California Blues, en la que el autor expresa su deseo de ir a California porque allí “el agua sabe a vino de cerezas”.

Tom Joad le fue inspirada por la novela de Steinbeck Las uvas de la ira (1939).

En I Ain’t Got No Home, habla de una carencia común a todos “okies”, como eran llamados los emigrantes, procedentes en su mayor parte de Oklahoma: la ausencia de hogar.

Talking Dust Bowl Blues es un recitado acompañado por una guitarra, en el que Woody cuenta las peripecias de un viaje a California en un desvencijado coche. Una vez allí, comprende que no tiene nada de tierra prometida, ya que ni siquiera hay comida suficiente para todos.

Hard Travelin’ relata la dureza de los trabajos que ha desempeñado el narrador a lo largo de su viaje: cosechar, apilar heno, segar trigo o picar piedra.