Nueva Orleans pierde a su hijo más ilustre

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Con la muerte de Antoine Fats Domino, desaparece uno de los últimos pioneros del rock and roll.

Domino nació en Nueva Orleans en 1928, en el seno de una familia numerosa –fueron nueve hermanos– y, a los 14 años, se vio obligado a abandonar la escuela. Su cuñado le enseñó a tocar el piano y, en 1949, consiguió su primer contrato discográfico con Imperial Records.

Durante los años 50 no hubo quien le tosiera y, con la sola excepción de Elvis Presley, fue el artista de rock and roll que más discos vendió en esa década. Tras dejar Imperial Records en 1963 y fichar por ABC-Paramount Records, su fama empezó a menguar, lo que no le supuso ningún problema: «Querían que cambiara y adaptara mi estilo. Yo me negué a cambiar; tenía que aferrarme al estilo que siempre había usado o no sería yo». En 1986 entró en el Salón de la Fama del Rock and Roll y, en 1998, se convirtió en el primer artista de ese estilo en recibir la Medalla de las Artes de Estados Unidos (máxima distinción que otorga el presidente de Estados Unidos).

En el curso del huracán Katrina que asoló Nueva Orleans en 2005, se negó a abandonar su casa hasta que tuvo que ser rescatado de ella, tras perder todas sus pertenencias, incluida la citada medalla, que «canjeó» por una réplica que le entregó el presidente Bush durante un viaje a la zona. Desde entonces, prácticamente dejó de actuar en público.

Comenzamos nuestro repaso musical por esta gran figura con su primera grabación, Fat Man, en diciembre de 1949. Considerada una de las primeras grabaciones de rock and roll de la historia, fue la primera de ese género que vendió un millón de copias en Estados Unidos. Fue compuesta por un joven Fats Domino, a la sazón de 21 años, con la colaboración de Dave Bartholomew, diez años mayor que él y todavía vivo a sus 98. El dúo desarrollaría una fructífera colaboración a lo largo de los años. En la grabación, junto a Fats Domino al piano, intervienen Earl Palmer a la batería, Frank Fields al bajo y Ernest McLean a la guitarra.

Don’t you lie to me, un tema de 1940, fue grabado por Fats Domino en 1951.

Los orígenes de Careless Love se pierden en el jazz tradicional de Nueva Orleans. Se trata de un tema versionado infinidad de veces, en el que Fats Domino se fijaría en 1951.

A mediados de la década de los 50, llegó Ain’t That a Shame, uno de sus mayores éxitos. De nuevo con la colaboración de Dave Bartholomew, fue una de las pocas canciones que grabó fuera de su querida Nueva Orleans. Tanto fue el furor que causó en los años 50 y principios de los 60, que a George Lucas no le quedó otra que incorporarla a la banda sonora de American Graffiti (1973), cuyo argumento se centra en un grupo de jóvenes de esa época. Por cierto que este tema fue el primero que aprendió a tocar John Lennon.

Dave Bartholomew colaboró con Fats Domino también en este I’m in Love Again, que vio la luz como single en 1956.

La siguiente canción salió como la cara B del single anterior. My blue heaven fue escrita en 1924 para el teatro musical por Walter Donaldson y acabó siendo una de las más vendidas de esa década. Fats Domino revisitó este clásico, transformándolo en un tema de rock en 1956.

Hace ya tres años dedicaba una entrada a uno de los mayores éxitos de Fats Domino, Blueberry Hill (aquí la podéis ver). Aunque fue escrita a principios de los años 40, sin lugar a dudas la versión de Fats Domino de 1956 es la más conocida. La revista Rolling Stone la considera una de las 100 mejores de la historia.

Con su eterno colaborador, Dave Bartholomew, compuso I’m walking (1957).

Bobby Charles escribió en 1960 Walking to New Orleans y se la ofreció a su ídolo Fats Domino, para quien ya había trabajado en Before I Grow Too Old. Es uno de sus temas más reconocibles.

Escuchemos ahora dos homenajes de Fats Domino a un referente en la música country, Hank Williams. En primer lugar, Jambalaya, un single de 1961.

No sería la única vez que Fats Domino versionara a Hank. También lo hizo con Your cheating heart. Esta versión es de 1964.

Por último, escuchemos otra de sus incursiones en el country: su último single, Whiskey Heaven, que pudimos disfrutar en la banda sonora de La gran pelea (1980).

 

Sentimentally Yours. Patsy Cline, 1962

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Aparecido en agosto de 1962, el disco se convirtió en el último LP de Patsy Cline antes de su prematura muerte solo un año después. Producido por Owen Bradley y editado por Decca Records, tras el cambio de nombre de este sello por el de MCA, fue publicado de nuevo en 1973 y en 1988 en formato CD. El disco sedujo al público pop, al que Cline guiñó el ojo con una serie de canciones de este estilo, de resultas de lo cual surgió una perfecta mezcla entre el sonido Nashville y las baladas románticas.
El álbum consta de 12 canciones, todas –a excepción de She’s got you (ya escuchada aquí)y Strange– versiones de clásicos imperecederos.
En primer lugar, os dejo con Strange, de Mel Tillis y Fred Burch.

Your cheating heart, compuesta por Hank Williams en los años 40.

Half as much es otra versión de una canción de Hank Williams de 1951.

Escuchemos ahora su interpretación de You belong to me, de Jo Stafford.

That’s my desire, de 1931.

Por último, de este disco se publicaron dos singles, She’s got you y Heartaches, una canción de 1931 escrita por Al Hoffman y con letra de John Klenner.

Your cheating heart. Hank Williams, 1952

La última sesión de grabación de Hank Williams tuvo lugar el 23 de septiembre de 1952 y alumbró uno de los mayores clásicos de la música country.
El disco estaba acompañado en la cara A por Kaw-Liga –nombre de un nativo americano–, bajo los auspicios del editor y compositor Fred Rose. Williams se inspiró en su propia vida para escribir esta canción. Mientras conducía desde Nashville, Tennessee, a Shreveport, Louisiana, en compañía de su novia Billie Jean Jones con el fin de presentarla a sus padres (a la sazón, su matrimonio ya hacía aguas), creó un tema en el que comenzaba definiendo a la que muy pronto sería su ex-mujer, Audrey Sheppard, como “un corazón proclive al engaño”. Ella se sinceró y reconoció que estaba saliendo con el cantante de country Faron Young, al que no tardó en dejar. El narrador castiga a su compañera, diciendo que los nuevos derroteros que ha tomado su corazón le harán llorar y que llegará el tiempo en que añore el amor que ha tirado por la borda. La letra contiene también un homenaje a la canción de Ernest Tubb Walking the floor over you, en su verso “You’ll walk the floor the way I do” (“Darás vueltas como yo lo hago”).
El disco salió en enero de 1953 –poco después de la muerte de Hank–, e, impulsado por esta desgracia, se convirtió en un éxito, con ventas superiores al millón de discos.
En la grabación original se puede escuchar la guitarra acústica de Don Helms, así como unos melancólicos y evocadores violines.
En cuanto a las versiones más populares, destaca la de Joni James de ese mismo año, que fue la más escuchada en las gramolas de los bares (la canción tiene una cadencia al estilo honky-tonk). Más tarde, la grabaron Frankie Laine o Ray Charles, entre otros.
Más datos: la canción sirvió de título para el biopic de 1964 dedicado a la figura de este gran compositor, y como otros clásicos, su influencia ha trascendido la meramente musical: en un evento tan americano como la Super Bowl, el patrocinador, Pepsi, la utilizó para sus anuncios comerciales.