El otro Jimmie Rodgers

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Hoy os voy a hablar de una casualidad. A todos vosotros os sonará el nombre de Jimmie Rodgers, que murió de tuberculosis en 1933. Pues bien, sin ninguna relación con este, ese mismo año nació otro Jimmie Rodgers, que disfrutó de un éxito considerable a mediados de los 50 y principios de los 60 en la música pop, hasta que en 1967 un extraño incidente hizo que su salud (y, consiguientemente, su carrera) se resintieran.
A finales de 1956 Morris Levy fundó el sello Roulette Records y se lanzó a la caza de talentos. Se fijó en Jimmie Rodgers (a veces llamado Jimmie F. Rodgers para distinguirlo del padre de la música country). Levy, de acuerdo con investigaciones posteriores del FBI, estaba vinculado a bandas mafiosas de Nueva York. No pagaba derechos a sus artistas y los amenazaba si se atrevían a reclamar. Rodgers rompió con él y siguió su carrera con otras discográficas. Sin embargo, en 1967, mientras conducía de camino a casa sufrió el asalto de un desconocido (probablemente un asociado de Levy) que le provocó una grave fractura de cráneo de la que tardó años en recuperarse.
Levy moriría en 1990 en el curso de la investigación del FBI, antes de entrar en la cárcel, y años más tarde, en su autobiografía Dancing on The Moon, Rodgers detallaría todos estos sucesos. Actualmente vive alejado de la música. Escuchemos ya algunos de sus primeros éxitos.
Honeycomb, su primer número 1, pertenece a su disco de debut Jimmie Rodgers (1957). La canción fue escrita por Bob Merrill tres años antes. La letra habla de una chica tan dulce, que el protagonista la llama «panal» y fantasea con lo feliz que sería si se casara con ella.

Kisses sweeter than wine pertenece al mismo disco. Escrita en 1950 por The Weavers, la canción –al estilo de When I was 17, de Frank Sinatra– está narrada desde el punto de vista de alguien que, en el final de su vida, echa la vista atrás y recuerda, en este caso, el tiempo pasado al lado de su esposa y sus «besos más dulces que el vino».

Al año siguiente, Jimmie sacó otro álbum, His Golden Years, del que salieron tres singles (los tres compuestos por Al Hoffman, Dick Manning, Luigi Creatore y Hugo Peretti). El primero es Oh, Oh, I’m Falling in Love Again.

En Secretly, el narrador se pregunta por qué él y su pareja tienen que verse a escondidas y anhela hacerlo abiertamente.

Por último, escuchemos Are You Really Mine? Aquí, el protagonista no se termina de creer que su pareja sea realmente suya, aunque esta se lo asegura.