La primera sesión de grabación de Hank

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A lo largo de su breve trayectoria profesional, Hank Williams trabajó para dos sellos discográficos, Sterling Records y el más recordado, MGM Records.

Hoy vamos a fijarnos en el primero de ellos, un sello pequeño con sede en Nueva York que también contaba con un pequeño estudio de grabación en Nashville (y que no debemos confundir con el sueco Sterling Records, especializado en música clásica).

El descubridor de Hank, Fred Rose, le consiguió su primer contrato con Sterling. Dos meses después de la negativa del Grand Ole Opry de acogerle entre sus filas –hasta junio de 1949 no conseguiría entrar–, Hank, que a la sazón tenía 23 años, realizó para Sterling su primera sesión de grabación el 11 de diciembre de 1946. Grabó cuatro temas, que dieron lugar a la cara A y la cara B de sus dos primeros singles.

Aunque ninguno de estos trabajos entró en las listas de los más vendidos, sí que convencieron al productor Fred Rose, quien consiguió que Hank fichara por uno de los grandes, MGM Records, instituido en 1946 con el fin de editar las bandas sonoras de las películas de la Metro Goldwyn Mayer, pero que no tardaría en ampliar su repertorio. Escuchemos ya sus cuatro primeras grabaciones.

De aperitivo, su primer single, Never Again (Will I Knock on Your Door), que apareció en enero de 1947. Escrita por Hank Williams, fue la única de las cuatro sin tintes religiosos. Habla de un hombre que, harto de intentar que su relación funcione debido a las repetidas infidelidades de su mujer, promete no volver a llamar a su puerta nunca más.

En la cara B de su primer single aparecía Calling You, un tema de carácter religioso (hay que recordar que Williams creció en una comunidad profundamente religiosa de Alabama). Obra, una vez más, del propio Hank, el protagonista se pregunta si la gente no se da cuenta de que Dios nos está llamando desesperadamente: “Cuando te has desviado del redil y hay tribulación en tu alma, ¿no escuchas al bendito Salvador llamándote?”

En el segundo single, que grabó en la misma fecha y apareció en febrero del año siguiente, figuraba Wealth Won’t Save Your Soul, en la que Hank habla de la inutilidad de acumular riquezas en este mundo porque, no nos engañemos, estas no conseguirán salvar nuestra alma.

Y, en su cara B, When God comes and Gathers his Jewels nos presenta a un muchacho que asiste al funeral de un ser querido. El predicador le consuela diciendo: “Cuando Dios venga y se lleve sus joyas, la encontrarás allá arriba en el cielo, tan bella”.

 

El primer afroamericano del Grand Ole Opry

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La entrada de hoy va a estar dedicada a un pionero del country o, más bien, del country-blues.

DeFord Bailey nació en 1899. Antes de la guerra de Secesión, sus abuelos habían sido esclavos. De pequeño aprendió a tocar la armónica, de la que se convirtió en un gran virtuoso. Practicaba con ella a todas horas: en su niñez sufrió de polio y pasaba en cama largos períodos de tiempo.

A los 18 años se trasladó a Nashville, donde solía tocar como aficionado. Fue descubierto por uno de los fundadores de las emisiones del Grand Ole Opry y, en 1927, tres años después de que esta institución abriera sus puertas, se estrenó allí. Convirtió su tema de cabecera Pan American Blues (que luego escucharemos) en la melodía que abría el programa radiofónico. Un año más tarde grabó ocho pistas para RCA Victor en Nashville, en lo que se cree fueron las primeras grabaciones realizadas en la capital de la música country.

Hasta 1941 Bailey fue una presencia constante en el Opry, pero dejó de aparecer por allí por un conflicto de intereses que afectaba a una discográfica, que no le permitía actuar en la radio. Su carrera se eclipsó. Murió en el olvido en Nashville en 1982.

Años después de su muerte empezó a reivindicarse su figura y se presentó una selección de sus grabaciones en los discos The Legendary DeFord Bailey (1998) o Harmonica Genius: DeFord Bailey (2011). También su vida fue objeto de un documental, DeFord Bailey: A legend lost (2005), el mismo año en que fue nombrado a título póstumo miembro del Salón de la Fama de la música country.

Escuchemos ya algunas de sus grabaciones, con la armónica como instrumento estrella. En primer lugar, su grabación más conocida, Pan American Blues. Se trata de una melodía que imita el movimiento de la locomotora de un tren a toda velocidad. El Pan-American existió realmente: trazaba su recorrido entre Cincinatti (Ohio) y Nueva Orleans entre los años 1921 y 1971.

Otra muestra de su habilidad con la armónica es este John Henry, un tema del folklore muy popular en aquella época.

El condado de Tennessee al que pertenece Nashville, Davidson, da nombre a Davidson County Blues.

Ahora una grabación de blues en la que podemos escuchar su voz, Black Man Blues.

Termino con Muscle Shoals Blues, dedicada a Muscle Shoals (Alabama).

 

El abuelo de la música country

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Si no fuera por el banjo, no cabe duda de que el country, el folk o el bluegrass perderían gran parte de su esencia. Por eso, y con motivo de la publicación en Estados Unidos de su biografía, escrita por su bisnieto Mike Doubler con el título Dixie Dewdrop: The Complete Uncle Dave Macon Story, hoy nos vamos a fijar en uno de los primeros virtuosos de este instrumento.

Nos referimos, sí, a Uncle Dave Macon, apodado The Dixie Dewdrop («La gota de rocío de Dixie»). Nacido en 1870 como David Harrison Macon en un pequeño pueblo de Tennessee, su padre había sido capitán confederado en la Guerra de Secesión. Cuando contaba 13 años, su familia se trasladó a Nashville –que todavía, claro, no era la capital de la música country– para regentar un hotel, frente al cual su padre sería asesinado años después.

Nuestro protagonista fundó entonces una compañía de transporte de ganado en otra ciudad de Tennessee, que se vio obligado a cerrar tras la Primera Guerra Mundial por la competencia de los camiones y el ferrocarril.

Macon actuaba aquí y allá a su aire, sin plantearse dedicarse a ello de forma profesional. Tras la quiebra de su empresa, parecía el momento propicio y así fue como, a sus más de 50 años, nació la leyenda de uno de los mejores intérpretes de banjo de todos los tiempos. En palabras del historiador de la música Charles Wolfe, «si la gente llama a Jimmie Rodgers el padre de la música country, entonces Uncle Dave Macon debería ser el abuelo de la música country«.

Tras unirse al intérprete de fiddle Sid Harkreader, su destreza llegó a oídos de los dueños del Ryman Auditorium (lo que sería la sede del Grand Ole Opry, institución de la que formaría parte hasta su muerte y de la que sería su primera superestrella), y ya en 1927 formó su propio grupo, The Fruit Jar Drinkrers.

Había hecho algunas grabaciones para Vocalion en 1924, pero su carrera discográfica tomó impulso en 1930 cuando firmó con Okeh Records. En 1935 realizó para Bluebird Records sus famosas grabaciones con otros pioneros del country, The Delmore Brothers.

En total, hay registradas unas 170 grabaciones de Dave Macon entre los años 1924 y 1938. Nuestro hombre siguió al pie del cañón hasta semanas antes de su muerte en 1952 y, como prueba de su popularidad, a su funeral asistieron más de 5.000 personas, entre ellas Roy Acuff, Bill Monroe o el director del Grand Ole Opry, George D. Hay. Con carácter póstumo, el Salón de la Fama de la música country le abrió sus puertas en 1966.

Escuchemos ya algunas de sus grabaciones más emblemáticas.

En Way Down the Old Plank Road, grabada para Vocalion en 1926, Sam McGee lo acompaña a la guitarra.

Otro de sus grandes éxitos fue Soldier’s Joy, con Sid Harkreader al violín o fiddle.

Keep My Skillet Good and Greasy es un buen ejemplo de sus canciones optimistas, que le servían para luchar contra la depresión que le acechó toda la vida.

En la letra de Sail Away Ladies se dice que no vale la pena sentarse y llorar, solo hay que navegar y olvidarnos de nuestros problemas.

Una de las canciones gospel más conocidas es Rock of Ages. «Roca de los siglos cortada para mí, déjame esconder mi rostro en ti», dice la letra. Aquí, Uncle Dave Macon la toca al banjo.

Durante la Guerra de Secesión, se hizo muy popular Richmond is a Hard Road to Travel, que hacía referencia a la dificultad de tomar Richmond –segunda capital de los Estados Confederados–. Uncle Dave Macon adaptó la letra a Jordan Am a Hard Road to Travel, aludiendo a la dificultad de cruzar el Jordán.

En 1940 Hollywood hizo una película ambientada en el Grand Ole Opry, titulada precisamente así, Grand Ole Opry, en la que Uncle Dave Macon interpretaba con su hijo Dorris a la guitarra Take Me Back to My Old Carolina Home. Os dejo con esta escena.

Gershwin en el recuerdo

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Hoy no es un 11 de julio cualquiera. El calendario nos sopla que en esta fecha se cumplen 80 años de la muerte de uno de los grandes compositores del siglo XX, George Gershwin, que nos dejó, tal día como hoy, a los 38 años de edad a causa de un tumor cerebral. Parafraseando a Don McLean, este fue el día en que murió la música.

Y, aunque Gershwin no se dedicó ni mucho menos al country sino al jazz, al tiempo que componía alguna pieza de música culta, las versiones que os he preparado tienen como protagonistas a grandes nombres del country que le han rendido tributo.

Gershwin fue un músico muy admirado en su época. Sirva como ejemplo la anécdota del viaje que hizo el compositor francés Maurice Ravel a Estados Unidos, en la que aprovechó para cumplir su sueño: una velada en la que Gershwin le deleitó con algunas de sus composiciones. Mucho más joven que el creador del Bolero, George le propuso que le diera clases de música, a lo que este se negó diciendo: “¿Por qué quiere ser un mal Ravel si ya es un Gershwin de primera?”

El homenaje más nutrido a George Gershwin llegó de la mano de Willie Nelson, quien hace año y medio publicó su disco Willie Nelson Sings Gershwin, del que ya hemos hablado aquí. En aquella entrada escuchamos tres temas, Summertime, Let’s Call the Whole Thing Off, junto a Cindi Lauper, y Someone to Watch Over Me; así que hoy pincharemos otras versiones del mismo. El disco se abre con But Not For Me, una canción de 1930 que a los más cinéfilos os sonará porque aparecía en Manhattan (1978), de Woody Allen, Cuando Harry encontró a Sally (1989), de Rob Reiner, o Cuatro bodas y un funeral (1994), de Mike Newell. En la letra, escrita por su hermano mayor y colaborador habitual Ira Gershwin, el protagonista duda de que todo lo bueno que hay en la vida esté hecho para él: “Están escribiendo canciones de amor pero no para mí; allá arriba brilla una estrella de la suerte pero no para mí”.

En 1924 Gershwin compuso Somebody Loves Me, esta vez con la colaboración de Buddy DeSylva y Ballard MacDonald.

Una de las versiones de este tema se la debemos al grupo de doo-wop The Four Lads, que la versionó en 1952.

Escuchemos ahora la última composición que hizo Gershwin, Love is Here to Stay –con letra de su hermano Ira, tras el fallecimiento de aquel–, que apareció por primera vez en The Goldwyn Follies, un musical de 1938. Lo eterno e inamovible del amor es su argumento: “Dentro de un tiempo, las Rocosas se caerán, Gibraltar se derrumbará, pero nuestro amor está aquí para quedarse”.

En Embraceable You, Willie Nelson colaboró con Sheryl Crow. Fue escrita en 1928 como una canción lenta de amor a la mujer que “saca al gitano que hay en mí”.

En 1937 Gershwin fue tentado, al igual que muchos artistas de la época, por la Meca del Cine, y se trasladó a California para componer bandas sonoras. Su primera película fue Ritmo Loco (Shall We Dance), de la que salió una canción nominada al Oscar, They Can’t Take That Away From Me (que perdió, a mi juicio injustamente, con Sweet Leilani). Escuchemos a Willie Nelson en esta canción que nos habla de una relación que ha terminado y de la que, al menos, quedan los recuerdos: “El modo en que sonríes rayos de sol, el modo en que tomas el té, el modo en que llevas el sombrero, el modo en que bailábamos hasta las tres, eso no me lo pueden quitar”.

Este tema ha sido versionado en multitud de ocasiones; Ray Charles lo hizo en este directo de 1991.

De la misma banda sonora rescatamos They All Laughed, una canción de ritmo alegre en la que el protagonista no está dispuesto a admitir que se rían de la relación que ha iniciado. “Todos se rieron de Cristóbal Colón cuando dijo que la tierra era redonda, todos se rieron cuando Edison grabó el sonido, cuando Wilbur y su hermano dijeron que el hombre podía volar –los hermanos Wright se consideran los pioneros de la aviación–, le dijeron a Marconi que el telégrafo era un fraude. Se rieron de nosotros y ¡cómo!, pero, ¿quién ríe el último ahora?”

Aparte de Willie Nelson, también Linda Ronstadt ha grabado algunas canciones de George Gershwin. De su disco What’s New (1983), escuchemos, de forma consecutiva, I´ve Got a Crush on You (“Estoy enamorado de ti”) y Someone to Watch Over Me (“Alguien que me cuide”).

También versionada por Linda Ronstadt fue But Nor For Me, en esta ocasión en su álbum For Sentimental Reasons (1986).

En 1935, Gershwin se embarcó en el proyecto de componer una ópera, Porgy and Bess. Uno de sus temas más conocidos es Summertime, concebida como una nana para arrullar a un bebé: “Es verano y la vida es fácil”. Os dejo con la versión de Ricky Nelson de 1962.

Para terminar con este pequeño homenaje de iconos del country a George Gershwin, Ronnie Milsap se despide por hoy con su versión de But Not For Me en Just for a Thrill (2004).

 

El rey del Zydeco

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En la entrada de hoy profundizaremos en la íntima relación que se da entre la historia de los pueblos y la música que estos crean.

La música zydeco fue cultivada en Louisiana por los criollos franceses que llegaron a esa región en el siglo XVII. Suele cantarse en dialecto criollo francés –en ocasiones, incomprensible incluso para los propios franceses– y fusiona elementos de blues y rhythm and blues con melodías criollas típicas de la zona. Nació como una música de celebración. Los trabajadores se reunían tras finalizar la cosecha y las tareas del medio rural e improvisaban canciones con los instrumentos que tenían a mano: acordeón, fiddle, triángulos y, en ocasiones, hasta utensilios de cocina como cucharas o una especie de rallador, que daría lugar a un nuevo instrumento, el washboard.

La fiesta solía celebrarse el sábado por la noche y, para el baile, se vaciaba la habitación de muebles y se vendían productos típicos de Louisiana como gumbo, cerveza casera o limonada por unos pocos centavos.

A principios de los años 80 del pasado siglo la tradición de la música zydeco declinaba a ojos vista, y un grupo, The Treasures of Opelousas, decidió crear el Festival Zydeco con el fin de perpetuarla.

Uno de sus máximos exponentes fue Clifton Chenier, conocido como El rey del Zydeco y de quien se dice que dio nombre a este estilo. En 1973 un documental sobre su figura, Hot Pepper, exploró los nuevos caminos que había abierto en el género. En 1983 ganó un Grammy por su álbum I’m Here y, en 1989, entró a formar parte póstumamente del Salón de la Fama del Blues (había fallecido dos años antes). Actualmente la música zydeco está asistiendo a una nueva edad de oro, hasta el punto de que los Grammy le reservan desde 2007 una categoría especial, Mejor Álbum de Música Zydeco o Música Cajun.

Uno de los primeros trabajos de Clifton Chenier fue Release Me, que aparece en el álbum Zodico Blues and Boogie (1955).

Vamos ahora con Josephine Par Se Ma Femme (Josephine is not my wife), en King of the Bayous (1970).

Os dejo con Walking to Louisiana, incluido en Bon Ton Roulet (1981).

Escuchemos su versión del clásico de Hank Williams Jambalaya, que grabó en el festival de jazz de Montreux (Suiza). Pertenece a su disco The King of Zydeco (1985).

En 2016 la Librería del Congreso resolvió preservar su disco Bogalusa Boogie (1976) por su trascendencia para el género. Escuchemos el tema que le da título.

 

El rival del Grand Ole Opry

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En abril de 1924, un año y medio antes de que naciera el Grand Ole Opry (aquí podéis ver la entrada que le dediqué en su día), vio la luz otro programa de similar factura, National Barn Dance (“El baile del granero nacional”), emitido por la cadena WLS-AM. La cadena, con sede en Chicago, todavía existe, no así el programa, que mezclaba con acierto música, comedia y espectáculos de teatro. Esto es, el National Barn Dance fue el precursor directo del Grand Ole Opry.
Edgar L. Bill, director de la emisora, fue su primer presentador, tan solo una semana después de poner en marcha su proyecto de radiodifusión. Nacido y crecido en una zona rural, intuía que la idea tendría éxito: a la gente de campo le gustaba bailar y divertirse en el granero los días de fiesta. Acertó. El programa era tan demandado, que no tardaron en salirle imitadores –sin ir más lejos, el citado Grand Ole Opry, que se acabaría imponiendo hasta llegar a nuestros días.
A partir de la década de los 30, la NBC se hizo cargo de sus emisiones y, en 1946, una cadena aún mayor, la ABC, tomó las riendas. Desde 1957 y ante el cansancio de la audiencia, la ABC decidió eliminar las emisiones en directo. Finalmente, el espacio desapareció en 1968.
Una de sus primeras estrellas fue Bradley Kincaid, y en la nómina de “habituales” también figuraron Red Foley, Gene Autry, The DeZurik Sisters, Jenny Lou Carson, Henry Burr o Pat Buttram, entre otros.
Escuchemos ya algunas de sus canciones.
Clyde Julian Foley, más conocido como Red Foley, fue descubierto por un cazatalentos de la WLS. Su Blues in my Heart, obra de Benny Carter e Irving Mills, es un precioso lamento de amor: “Debería haber sabido desde el principio que me dejarías con esta tristeza en el corazón”, dice. Y añade: “La lluvia cae del cielo, incluso el sol empieza a llorar”.

La trayectoria de Gene Autry en el National Barn Dance se inició en 1930. Empezó cobrando 35 dólares a la semana, muy lejos de los 1.500 que recibiría en lo más alto de su carrera. Una de las canciones que más le pedían en el programa era That Silver Haired Daddy of Mine (ya escuchada aquí). Escuchemos otro de sus éxitos, You Only Want Me When You’re Lonely. El narrador se queja de ser siempre el segundo plato de su pareja: “Sé que soy alguien al que te diriges cuando tu nuevo amor te ha rechazado, solo me quieres cuando estás sola”.

The DeZurik Sisters, un grupo compuesto por las hermanas Mary Jane y Carolyn, se inspiraron en el canto de los pájaros y el lenguaje de otros animales. Disfrutad de The Arizona Yodeler.

En Familia (y X)

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A principios de los años 40, la carrera de la familia Carter tocaba a su fin por los continuos problemas legales del dueño de la emisora donde trabajaban, John Brinkley. El gobierno de Estados Unidos empezó a investigarle por evasión fiscal, y en 1941 se declaró en bancarrota, tan solo un año después de cerrar la radio. Así, la familia Carter volvió a sus sesiones de grabación, y en octubre de 1940 los encontramos trabajando para la OKeh records. Escuchemos algunas de estas grabaciones en su sede de Chicago.
En Heaven’s Radio se habla del invento de la radio y de sus imperfecciones (a veces hay interferencias). Sin embargo, tal cosa no sucede con lo que se escucha en el cielo; allí no se necesitan emisoras de radio, solo oraciones y esas siempre las escucha Dios nítidamente.

En I Found You Among the Roses el narrador exalta la naturaleza de junio: un año antes tuvo el privilegio de conocer a su amada entre las rosas.

En 1941 volvieron al sello donde empezaron, la RCA, esta vez a través de su filial Bluebird, que la empresa matriz había creado en 1932.
Something Got Hold of Me fue escrita por A.P. Carter. El narrador exhibe su escepticismo cuando oye que la gente habla maravillas de la religión, pero termina admitiendo que «me asomé a la puerta, el diablo dijo que no entrara, fui a luchar contra ella, pero algo se apoderó de mí».

Los Wilburn Brothers revitalizaron este clásico del gospel en su álbum Livin’ in God’s Country (1959).

Si bien la mayoría de las composiciones de los Carter fueron compuestas por el patriarca, A.P., esta lo fue por Maybelle. En Lonesome Homesick Blues la protagonista siente nostalgia de su hogar, sobre todo cuando escucha el nombre de su amado. Al oír el sonido del tren que le va a llevar de vuelta a su casa, promete que pasará el resto de sus días con él.

La fama de la familia Carter era muy considerable tras sus numerosas grabaciones y su paso por la radio, y la revista Life les consagró un reportaje que, sin embargo, no llegó a aparecer, ya que la fecha prevista para su publicación coincidió con el ataque a Pearl Harbour, en diciembre de 1941. La familia original se separó (Sara se fue con su marido a California y A.P. se fue a su cabaña de Virginia, donde moriría en 1960). Maybelle fue la única que mantuvo su trabajo, ahora en compañía de sus hijas.
Maybelle murió en 1978 y, en 1979, Sara Carter. Este último año, una de las hijas de Sara y A.P., Janette Carter, fundó la Carter Family Fold (http://www.carterfamilyfold.org) para recuperar el legado de la familia. Actualmente, está dirigida por su hija, Rita Forrester, tras el fallecimiento de aquella.
Y así llegamos al final de esta serie dedicada a la familia Carter. Ite missa est, pero su música nunca tendrá fin.

En Familia (IX)

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Aunque la familia Carter sobrellevó mejor que otros el descenso de consumo propio de la Gran Depresión, sus discos no se libraron tampoco de la coyuntura económica. Por ello, vieron con muy buenos ojos la propuesta del empresario de la Consolidated Royal Chemical Corporation, John Romulus Brinkley, que, como parte de su imperio, había creado una cadena de radio para, fundamentalmente, promocionar sus productos médicos contra la impotencia.
El caso es que en Estados Unidos su proyecto hizo aguas, ya que las autoridades desconfiaban de su praxis (que consistía en injertar trozos de glande de cabra en los testículos de sus pacientes, a consecuencia de lo cual muchos de ellos lo demandaron) y le terminaron quitando la licencia. Pero Brinkley no se rindió y fijó la sede de su nueva radio al otro lado de la frontera, cerca de Texas, donde la legislación era más laxa.
Con potencia para cubrir toda la geografía estadounidense, ofreció un suculento trato a los Carter: un programa radiofónico diario por 75 dólares a la semana. La experiencia en las ondas no era nueva para ellos, pues en 1936 ya habían hecho una breve incursión en este medio para la Decca Records.
Aunque el trabajo conllevaba trasladarse a Texas –el programa se emitía desde San Antonio– y dejar su tierra natal, no dudaron en aceptar, ya que constituía una oportunidad para llegar a todos los rincones del país e incluso a algunos lugares de Canadá.
Así, en otoño de 1938 iniciaron una nueva vida en Texas, y fruto de su éxito Brinkley los fichó para una nueva temporada en la que, además, figuraron por primera vez las hijas de Maybelle, Helen, June (que se casaría con Johnny Cash) y Anita.
Como os dije en su momento, A.P. y Sara se habían separado en 1933, aunque siguieron trabajando juntos. La reconciliación no fue posible y en 1936 se divorciaron. Recordaréis que una de las causas de la ruptura fue que Sara se había enamorado del primo de A.P., Coy Bays, que a la sazón vivía en California. Sara no lo había olvidado, y en febrero de 1939 le dedicó una canción por la radio, I’m Thinking Tonight of My Blue Eyes (ya escuchada aquí). Cuando Coy la oyó, se fue a Texas, y allí se casaron a finales de ese mes.
I’m Working on a Building es un tema religioso de A.P. Carter cuya letra nos presenta a varias personas –un mentiroso, un bebedor y un predicador– que quieren trabajar en un edificio para el Señor. Escuchemos la grabación que hizo la familia Carter en junio de 1936 para el Associated Program Services.

Ahora, una interpretación de las hijas de Maybelle Carter, Helen (12 años), June (10) y Anita (6) del cásico del blues Corina Corina –escrito en 1928– en San Antonio en 1939.

The Cyclone of Rye Cove está basada en un hecho real. En mayo de 1929 el peor ciclón de su historia asoló Virginia y acabó con la vida de una docena de niños de una escuela. A.P. Carter se inspiró en este suceso –él mismo había colaborado en las tareas de rescate– para componer esta canción.

En Familia (VIII)

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En la anterior entrega dejamos a la familia Carter grabando para Decca Records. En 1937, y hasta la primera mitad del año siguiente, siguieron bajo el paraguas de este sello discográfico. Escuchemos hoy algunas grabaciones que tuvieron lugar en Nueva York en junio de 1937.
Obra de A. P. Carter, Hello Stranger versa sobre el encuentro del protagonista con un forastero.

En 1976 Emmylou Harris presentó su propia versión en el disco Luxury Line.

The Broken Down Tramp es una típica canción de la Depresión que nos presenta a un vagabundo de buen corazón. «Mis ropas puede que estén harapientas y sucias, pero hay un corazón limpio latiendo dentro de ellas», nos dice. Tras perderlo todo a causa de la bebida, nadie le ofrece trabajo y los que eran sus amigos le dan la espalda. Cuando se sube a un tren, es descubierto por el vigilante, que lo echa, y acaba siendo atropellado por el convoy.

Never Let the Devil Get the Upper Hand of You es la historia de un crimen pasional. Un hombre que trabaja en un molino propone matrimonio a una mujer. Ella lo rechaza, y él la mata y la tira al río, porque «el diablo se apoderó de mí y me tomó la delantera».

La Decca Records estaba muy satisfecha del trabajo de la familia, y en junio de 1938 fueron convocados de nuevo para grabar en su estudio de Charlotte, Carolina del Norte, un territorio sureño que conectaba mejor con el público natural de los Carter.
Una de las canciones que grabaron entonces fue Stern Old Bachelor, sobre un adusto solterón de 44 años que, conforme con su estado, promete no vivir nunca con una mujer. «Me acuesto y me levanto cuando me apetece, me cambio los calcetines tres veces al año y nadie se queja. Cuando estoy dormido, mis ronquidos no molestan a nadie y cuando vaya al cielo no tendré que preocuparme de si mi mujer irá también».

Oh, Take Me Back es una composición de A. P. Carter en la que un hombre se lamenta del abandono de su chica.

Terminamos con You Are My Flower, que evoca las delicias de la naturaleza y que, en su estribillo, repite: «Eres la flor que florece en la montaña para mí».

En Familia (VII)

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Seguimos con la historia de la familia Carter, y nos centramos hoy en unos años decisivos. Su creciente popularidad hizo que pudieran mudarse a otros sellos discográficos de más renombre. En 1935, firmaron con ARC (American Record Corporation), un duro golpe para la RCA Victor, que se quedó así sin su mayor fuente de ingresos, toda vez que Jimmie Rodgers –que también trabajaba para ellos– había muerto en 1933.
Como el copyright de las canciones no les pertenecía a ellos, sino a la RCA Victor, tuvieron que grabarlas otra vez para su nueva casa, y a esta tarea se aplicaron con denuedo en varias sesiones durante el mes de mayo de 1935. Una de las canciones revisadas fue la famosa Can the Circle Be Unbroken, una de las primeras que escuchamos en este blog, y I’m Thinking Tonight of My Blue Eyes, que también ha sonado por aquí.
En 1936 firmaron con Decca Records, una discográfica que todavía existe y en cuya nómina refulgieron artistas como Ernest Tubb, Bing Crosby, Al Jolson, Kitty Wells, Red Foley, Webb Pierce, Louis Armstrong, Billie Holiday o Patsy Cline. Nacida en Reino Unido en 1929, en 1934 abrieron una sucursal en Estados Unidos.
Nuestro recopilatorio contiene varias grabaciones de 1936. Escuchemos sin más dilación algunas de ellas.
Empezamos con Are You Lonesome Tonight. Aunque todo el mundo asocia esta canción a Elvis Presley, en realidad fue escrita en 1926 por Lou Handman y Roy Turk. He aquí la versión de la familia Carter, que tampoco fue la primera, ya que Charles Hart se les había adelantado en 1927.

En My Dixie Darling, escrita por A.P. Carter, un hombre da una serenata de banjo a su novia de Dixie.

Give me your Love and I’ll Give you Mine es otra composición de A.P. Carter. “Ven conmigo a nuestro rincón en la sombra, donde las flores florecen al lado del arroyo, dame tu amor y yo te daré el mío”, susurra su letra.

When Silver Threads Are Gold Again habla del paso del tiempo para una pareja de enamorados. “Cariño, estamos envejeciendo y nuestros cabellos se ven de plata, las arenas del tiempo han robado todo el oro que hacía bellos nuestros jóvenes rizos, pero los años no pueden robar un amor que no envejecerá nunca”.

La protagonista de Jealous Hearted Me es una mujer celosa a la que no le importa que le quitan el dinero: solo pide a las demás mujeres que dejen en paz a su hombre.