Premios de la Asociación Internacional de Bluegrass 2019

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El pasado 26 de septiembre tuvo lugar en la capital de Carolina del Norte, Raleigh, la ceremonia de entrega de premios a lo más destacado de la temporada en música Bluegrass, que ha alcanzado ya su trigésima edición.

El premio más codiciado de la noche, el de Artista del Año, recayó en Joe Mullins & the Radio Ramblers, en su primera nominación.

El álbum de Del McCoury –presentador de la ceremonia junto a Jim Lauderdale– Del McCoury Still Sings Bluegrass se alzó con el de mejor álbum. Escuchemos una de sus canciones, Hot Wired, de 2018.

Alan Bibey fue considerado el mejor mandolinista del año –primera vez que gana en esta categoría–, mientras que el grupo vocal agraciado fue el debutante Sister Sadie.

Billy Strings, de 27 años, mereció el premio al mejor guitarrista, afianzándose como la estrella en alza que la revista Rolling Stone supo ver a principios de este año, a juzgar por su artículo Por qué Billy Strings es la estrella del bluegrass que no te puedes perder. También ganó, por cierto, el premio al Artista Novel del Año. Aunque sus compromisos le impidieron asistir a la gala, escuchad aquí la interpretación en su debut en el Grand Ole Opry de Dust in a Baggie.

Entre los que repitieron laureles, están la vocalista femenina Brooke Aldridge, tercera victoria consecutiva, y el vocalista masculino Russell Moore, sexta, aunque en este caso no consecutivas. Michael Cleveland obtuvo por duodécima vez el trofeo al mejor intérprete de fiddle y su grupo, Flamekeeper, el quinto al mejor grupo instrumental del año.

Missy Raines, con su versión instrumental del clásico de la familia Carter Darling (Pals) of Mine, incluido en su disco Royal Traveller, que vio la luz en septiembre del pasado año, dominó en la categoría instrumental del año.

La mejor grabación góspel coronó a Claire Lynch y su Gonna Sing, Gonna Shout, que habla de la celebración que habrá en el cielo cuando la cantante llegue a él.

Finalmente, Thunder Dan, compuesta por Josh Manning, se alzó con el premio a la mejor canción bluegrass. Pertenece al disco Front and Center, el cuarto trabajo de Sideline, que fue publicado en abril de 2018. A los miembros fundadores de este grupo –Steve Dilling al banjo, Skip Cherryholmes a la guitarra y Jason Moore al bajo– se han unido recientemente Bailey Coe a la guitarra, Troy Boone a la mandolina y Daniel Greeson al fiddle. La canción habla de un hombre que no soporta que le digan lo que tiene que hacer: cuando un predicador trata de convertirle, lo mata y, tras el juicio, se carga también al ayudante del sheriff.

 

El silbato del tren (I)

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Ya iba siendo hora de que River of Country afrontara otra de esas series temáticas a la que nos tiene acostumbrados. ¡No hay que perder los buenos hábitos! En concreto, hoy empieza una serie dedicada a los trenes y a los ferrocarriles, un tema que abunda en el country y en el folk. Y es que las canciones de trenes sirven muy bien al propósito de la música country, que no es sino el de contar historias –historias de libertad, de nostalgia, de individuos que persiguen su fortuna…–. Asimismo, en las canciones góspel un tren puede simbolizar el camino más rápido hacia el cielo.
Uno de los clásicos que primero se nos vienen a la mente al pensar en trenes es Folsom Prison Blues, grabado por Johnny Cash en 1955. Aquí se cuenta la historia de un recluso de la prisión de Folsom que no puede soportar escuchar desde su celda el sonido del tren, porque le recuerda justo lo que él no puede tener: la libertad de movimientos. Como el original de Johnny Cash ya lo escuchamos en su día, os dejo con la versión que hizo Josh Turner de este emblema del country.

Y seguimos con una canción folk que ha tenido multitud de versiones, Wabash Cannonball. Se cree que fue escrita a finales del siglo XIX con una letra ligeramente distinta; en 1929, la grabó ya en clave country la familia Carter, pero su verdadera popularidad llegó con la versión de Roy Acuff en 1936 –más de 10 millones de unidades vendidas y eso en plena Gran Depresión–. La letra describe las bellezas naturales que va atravesando en su trayecto el tren ficticio Wabash Cannonball y su magnificencia. Escuchemos la versión de Boxcar Willie.

Cannonball Blues. Familia Carter, 1936

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Como hemos comentado en alguna ocasión, en los años 30 era habitual que los artistas incluyeran en su repertorio canciones de temática ferroviaria, como Wabash Cannonball, que ya escuchamos aquí.

El ejemplo de hoy se lo debemos a la familia Carter. A.P. Carter adaptó una melodía popular que, a lo largo de la historia, ha tenido varias letras. Por ejemplo, esta de 1926 en la que se habla del asesinato del presidente McKinley (uno de los cuatro presidentes de Estados Unidos asesinados, junto con Lincoln, Garfield y Kennedy). Obra de Charlie Poole, lleva por título White House Blues.

O esta otra que trata de las simpatías nazis de Charles Lindbergh, un célebre aviador de Estados Unidos. Woody Guthrie publicó Lindbergh en 1944.

Volviendo a nuestro tema, la familia Carter lo grabó por primera vez en 1936. Un hombre acaba de ser abandonado por su pareja («se ha ido e incluso se ha llevado mis zapatos») y decide poner tierra de por medio subiéndose al tren Cannonball, que cubre el trayecto entre Buffalo y Washington.

El grupo de bluegrass de Missouri The Dillards lo versionó en A long time ago: The first time live (1999), que recopilaba grabaciones del grupo de los 60.

Grandpa Jones lo incluyó en Family Album (1979).

Os dejo con la versión del gran revitalizador del bluegrass Bill Clifton.

Este tema folk también recibe el nombre de Solid Gone. Lo escuchamos aquí en la voz de Tom Rush y el álbum Tom Rush (1965).

Ese mismo año Maybelle Carter volvió a grabarla, suprimiendo la referencia al tren y con el citado título Solid Gone.

Doc Watson y su hijo Merle la versionaron en su álbum Down South (1984).

Sweet as the Flowers in Maytime. Carter Family, 1932

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La familia Carter, compuesta originariamente por A.P Carter –el patriarca–, su mujer Sara y su cuñada Maybelle –que se había casado con su hermano Ezra–, fue una de las progonistas de las primeras sesiones de grabación hillbilly en Bristol (Tennessee). Grabaron más de 200 canciones en los años treinta y, junto a Jimmie Rodgers, resistieron la disminución de ventas provocada por la Gran Depresión. Una de esas canciones fue Sweet as the Flowers in Maytime (1932), cuya letra se caracteriza por su simplicidad: va de una muchacha ingenua, deseosa de encontrar un pretendiente al que dar todo su amor y a quien su madre le dice que no se precipite.

Escuchemos la grabación original de la familia Carter efectuada el 12 de octubre de 1932 en los estudios de Victor Records en New Jersey, a través de su sello Bluebird.

Os dejo con la interpretación en directo de The Kudzo Ramblers en la convención anual de fiddlers del condado de Alleghany (Carolina del Norte).

Las músicas de bluegrass Rayna Gellert & Susie Goehring se asociaron para grabar el disco Starch and Iron (2012), en el que Gellert toca el fiddle y Goehring toca la guitarra y pone la voz.

Rocky Top. Felice and Boudleaux Bryant, 1967

rocky top
El matrimonio de compositores más conocido de la música country nos obsequió en 1967 con este clásico del bluegrass. La compusieron en apenas diez minutos mientras trabajaban en una serie de canciones lentas, a modo de descanso en su rutina, y de ahí el ritmo rápido y alegre que le imprimieron.
La letra exalta la vida en libertad en una ciudad ficticia de Tennessee, donde no hay “humo contaminado ni facturas de teléfono”, y se ha adherido tan profundamente a la piel de ese estado, que su gobierno la ha nombrado una de sus canciones oficiales.
Los primeros en grabarla fueron The Osborne Brothers en 1967.

Lynn Anderson le confirió su toque en 1970.

Buck Owens y The Buckeroos la incluyeron en el álbum dedicado al bluegrass Ruby and Other Bluegrass Specials (1971).

Conway Twitty también hizo su propia versión en el álbum Hello Darlin’ (1970).

Crystal Gayle la interpretó en un concierto en Canadá en 1982.

Veamos ahora a la familia Carter en el programa de Johnny Cash.

El grupo de country-rock Nitty Gritty Dirt Band la incorporó a su repertorio en Dirt, Silver and Gold (1976).

Charlie Daniels hizo una gira en 2006 que le llevó a tocar para las tropas estadounidenses desplegadas en Irak. Escuchemos su interpretación.

En Familia (y X)

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A principios de los años 40, la carrera de la familia Carter tocaba a su fin por los continuos problemas legales del dueño de la emisora donde trabajaban, John Brinkley. El gobierno de Estados Unidos empezó a investigarle por evasión fiscal, y en 1941 se declaró en bancarrota, tan solo un año después de cerrar la radio. Así, la familia Carter volvió a sus sesiones de grabación, y en octubre de 1940 los encontramos trabajando para la OKeh records. Escuchemos algunas de estas grabaciones en su sede de Chicago.
En Heaven’s Radio se habla del invento de la radio y de sus imperfecciones (a veces hay interferencias). Sin embargo, tal cosa no sucede con lo que se escucha en el cielo; allí no se necesitan emisoras de radio, solo oraciones y esas siempre las escucha Dios nítidamente.

En I Found You Among the Roses el narrador exalta la naturaleza de junio: un año antes tuvo el privilegio de conocer a su amada entre las rosas.

En 1941 volvieron al sello donde empezaron, la RCA, esta vez a través de su filial Bluebird, que la empresa matriz había creado en 1932.
Something Got Hold of Me fue escrita por A.P. Carter. El narrador exhibe su escepticismo cuando oye que la gente habla maravillas de la religión, pero termina admitiendo que «me asomé a la puerta, el diablo dijo que no entrara, fui a luchar contra ella, pero algo se apoderó de mí».

Los Wilburn Brothers revitalizaron este clásico del gospel en su álbum Livin’ in God’s Country (1959).

Si bien la mayoría de las composiciones de los Carter fueron compuestas por el patriarca, A.P., esta lo fue por Maybelle. En Lonesome Homesick Blues la protagonista siente nostalgia de su hogar, sobre todo cuando escucha el nombre de su amado. Al oír el sonido del tren que le va a llevar de vuelta a su casa, promete que pasará el resto de sus días con él.

La fama de la familia Carter era muy considerable tras sus numerosas grabaciones y su paso por la radio, y la revista Life les consagró un reportaje que, sin embargo, no llegó a aparecer, ya que la fecha prevista para su publicación coincidió con el ataque a Pearl Harbour, en diciembre de 1941. La familia original se separó (Sara se fue con su marido a California y A.P. se fue a su cabaña de Virginia, donde moriría en 1960). Maybelle fue la única que mantuvo su trabajo, ahora en compañía de sus hijas.
Maybelle murió en 1978 y, en 1979, Sara Carter. Este último año, una de las hijas de Sara y A.P., Janette Carter, fundó la Carter Family Fold (http://www.carterfamilyfold.org) para recuperar el legado de la familia. Actualmente, está dirigida por su hija, Rita Forrester, tras el fallecimiento de aquella.
Y así llegamos al final de esta serie dedicada a la familia Carter. Ite missa est, pero su música nunca tendrá fin.

En Familia (V)

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A la manera de las estrategias de marketing de hoy en día, que reúnen a varios artistas famosos para una grabación, en julio de 1931 la RCA Victor hizo lo propio y sentó así un precedente. En la sesión de Louisville, Kentucky, la discográfica citó a los mayores iconos de la música hillbilly de la época, Jimmie Rodgers y la familia Carter. Escuchemos esta grabación.

Ahora, tres temas que se “enlataron” en febrero de 1932 en Atlanta, Georgia.
El primero es de corte religioso: hace referencia a la tierra donde seremos eternamente jóvenes, el cielo: “He oído sobre una tierra en una playa lejana. Es el hermoso hogar del alma construido por Jesús en las alturas; allí nunca moriremos, es una tierra donde nunca envejeceremos”. Vamos ya con este Where We’ll Never Grow Old, un góspel escrito tal vez en 1914 por James C. Moore.

En 1962 Jim Reeves la incluyó en su álbum We Thank Thee.

Tell Me that You Loved Me habla con amargura de la separación que vivieron los protagonistas en el río, mientras “la luna nos miraba, las estrellas parecían orgullosas, el río murmuraba al mar, las gotas de rocío besaban las rosas que se sonrojaban”.

En Happiest Days Of All el narrador recuerda en su vejez los días felices que pasó junto a su amada, recogiendo conchas en el mar: “Aunque mis cabellos están plateados y grises, los votos que hicimos en la orilla están frescos en mi recuerdo”.

En el programa de radio que comenzaron a hacer a partir de 1938, fruto de su contrato con la cadena de radio XERA (con sede en México pero cerca de la frontera con Texas), interpretaron una versión reducida de esta canción. Está fechada en 1939.

En Familia (I)

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Empiezo hoy una serie dedicada a los grandes éxitos del primer grupo conocido de la música country, la familia Carter. En 2008 la discográfica británica Not Now Music publicó un recopilatorio con dichos éxitos en un doble CD titulado The Carter Family: Wildwood Flower, no en vano uno de sus temas más populares. Echad un vistazo a la página web de esta compañía, http://www.notnowmusic.com. Encontraréis unos productos muy interesantes no solo de country, sino también de rhythm and blues, jazz, bandas sonoras de películas, soul, música clásica, orígenes del rock… pero todos con un nexo en común, que nos múisica de ahora como sugiere el nombre del sello.
Yo me hice con el CD en un reciente viaje a Bristol, Reino Unido, y no deja de ser curioso que la ciudad homónima de Tennessee guarde una relación tan profunda con la familia Carter. Fue en esa localidad donde se realizaron las primeras grabaciones country —en las que también participó la familia Carter—, de la mano del cazatalentos Ralph Peer (ver entrada dedicada a las grabaciones de Bristol).
No vamos a abundar más en la importancia de la familia Carter en la música country, os remito a la reseña biográfica que publiqué el 5 de abril de 2014. Vamos, pues, a la parte musical propiamente dicha.
Empezamos con la canción que abre y da título al disco, Wildwood Flower. El origen de este tema folk (recordemos que en los primeros tiempos los cantantes de country eran conocidos y se referían a sí mismos como cantantes de folk o de hillbilly music) habría que buscarlo en 1860, cuando se publicó por primera vez con música de Joseph Philbrick Webster (autor también de la canción de la Guerra de Secesión Lorenaentrada 24 de febrero de 2015— y del himno evangélico In the Sweet By and By) y letra de Maud Irving. Entonces se llamaba I’ll Twine ‘Mid the Ringlets. La primera grabación de la familia Carter tuvo lugar en Camden, Nueva Jersey, el 10 de mayo de 1928, y los catapultó a la fama. Maybelle Carter dijo de ella: «La primera vez que oí esta canción era una chiquilla. Mi madre la cantaba y la madre de mi madre también, lleva presente años y años. Es la canción más popular que hemos grabado nunca, y apenas hay un grupo de country que no la utilice». Va de una chica inocente que se fía de las promesas de su amado y se entrega a él, pero este la abandona. «Quiero verle y lamentar la hora oscura en que se fue y abandonó a esta flor silvestre», dice. Escuchemos ya a la familia Carter.

Reese Witherspoon la cantó en la película En la cuerda floja (2005), biografía sobre la figura de Johnny Cash en la que ella interpretaba a June Carter.

El primer álbum de country alternativo

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A finales de los ochenta, el pop ganaba terreno y se empezaba a comer al country. Un sector dentro del mismo no se resignaba a ese destino, y nació lo que en algunos círculos se conoce como country alternativo, corriente que dio lugar al subgénero Americana. Aunque incorporaban nuevos ritmos, sus representantes no renunciaban al sabor clásico del country.
Así, surgió el que ha sido considerado el primer álbum de este subgénero. En 1990 la banda Uncle Tupelo firmó con el sello Rockville Records y debutó con No Depression. El título no podía ser más revelador de sus intenciones, pues la familia Carter, uno de los grupos que el country alternativo aspiraba a recuperar, grabó en 1936 el tema No Depression in Heaven, un llamamiento a la esperanza, puesto que «en el cielo no hay Depresión».
Formado por Jay Farrar, Jeff Tweedy y Mike Heidorn, Uncle Tupelo se creó en 1987 y desapareció en 1994. El álbum en cuestión vendió 15.000 copias y sentó las bases para otros éxitos del grupo, como Still Feel Gone (1991), March 16-20, 1992 (1992) o Anodyn (1993). Escuchemos ya algunos de sus temas.
Empiezo con la canción que le da título, No Depression, una versión de la vieja grabación de los Carter. «Voy donde no existe la Depresión, una tierra mejor libre de preocupaciones. Abandono este mundo de fatigas y problemas. Mi hogar está en el cielo, voy allí».

That Year fue compuesta por los tres miembros del grupo. En su nostálgica letra, el narrador quiere que le devuelvan aquel año tan bueno, aunque entonces no sabía que lo era.

Os dejo ahora con Graveyard Shift. Varias canciones de este grupo tienen que ver con el mundo laboral y esta es una de ellas. Hay gente que trabaja en el turno de día, otros en el turno de noche, pero hay muchas cosas que se pierden trabajando en el «turno del cementerio».

Life Worth Livin’ aborda la insatisfacción que mucha gente experimenta con su propia vida: «Parece que todos estamos buscando una vida que merezca ser vivida».

Prueba de la influencia de este álbum en el country alternativo es que en 1995 vio la luz una publicación periódica, No Depression, primero con carácter trimestral y luego bimensual, que se vio obligada a cerrar en 2008 (curiosamente en medio de otra depresión económica), manteniendo su versión online. Tras este lapso, el año pasado volvió a salir la edición impresa.

I’m thinking tonight of my blue eyes. Familia Carter, 1929

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Esta canción encierra en sí misma parte de la historia de la música country, ya que su melodía –con diferente letra– ha sido utilizada en diversos clásicos ya escuchados aquí: Great Speckled Bird, que cantó Roy Acuff en 1938; It wasn’t God who made honky-tonk angels, en la voz de Kitty Wells en 1952; o The wild side of life, interpretada por Hank Snow también en 1952.
Como sucede con tantos temas de los albores del country, se trata de una canción folk de autor desconocido, a la que A.P. Carter, el patriarca de la familia Carter, puso letra y vistió de gloria. Su éxito en 1929 propició sendas grabaciones en 1933 y 1935.
La protagonista recuerda con nostalgia los placeres vividos junto a su amado. Cuando éste embarca, “solo piensa en sus ojos azules”, pero no tarda en olvidarla y ella se pregunta si, cuando la tumba sea lo único que la rodee, irá a derramar alguna lágrima por el corazón que ha roto.
Escuchemos la grabación original de la familia Carter en febrero de 1929.

Esta es la versión que hizo Gene Autry para el sello Columbia en 1942.

Eddy Arnold la dotó de un ritmo decididamente alegre.

Os dejo con la interpretación de Hank Snow.

Una de las primeras mujeres en abrirse camino en esto del country, Jean Shepard, la versionó en 1956.

Marty Robbins también aportó su buen hacer a este clásico.

Escuchemos la versión de Nitty Gritty Dirt Band, perteneciente a su disco Will the Circle Be Unbroken (1972).

Uno de los mejores pianistas que ha dado el country, Floyd Cramer, la incluyó en su álbum Floyd Cramer Country (1976), acompañado por la voz de Pat Daisy.