They Took the Stars Out of Heaven. Floyd Tillman, 1943

they took the stars out of heaven
Sigamos desempolvando éxitos de los años 40, hoy con una figura de la que ya os hablé hace aproximadamente un mes. Me refiero a Floyd Tillman, a quien citaba como coautor –o más bien, autor en solitario– de It Makes No Difference Now (1938).
Tillman vendió los derechos de esa canción y tuvo que resignarse a que otros triunfaran con ella. Con la que vamos a escuchar hoy, ya había aprendido la lección y figuró a todos los efectos como compositor de la misma. Se apresuró a grabarla y se convirtió en su primer y único número 1 en las listas. Se trata de un tema de western swing, tan popular en la música folk de aquellos tiempos. El protagonista se lamenta de la pérdida de su pareja –el autor deja en el aire la razón, si es porque ha muerto o porque le ha dejado por otro. “Quitaron las estrellas del cielo el día que me la quitaron, toda la luz y las cosas dulces de la vida son hoy solo un recuerdo”, dice.

Esta es la versión original de Floyd Tillman and His favorite Playboys, que alcanzó lo más alto de las listas en marzo de 1944.

Elson Britt también incorporó esta canción a su repertorio.

Vamos ahora con una de las mujeres pioneras del hillbilly, Boots Faye, que la grabó en 1946.

Ray Pennington hizo una curiosa versión a ritmo de rockabilly en 1958.

Retta Christie es una entusiasta del western swing cuyo grupo hace versiones de clásicos de este estilo. Retta and the Smart Fellas interpretaron esta canción en su álbum They Took the Stars Out of Heaven (2003).

All I Got is Gone. Ernest Stoneman, 1934

songs of the depression

En los primeros tiempos, el blues jugó un papel muy importante para el desarrollo del hillbilly –de hecho, al hillbilly se le solía considerar el «blues de los blancos»–, y la canción de hoy constituye un perfecto ejemplo de la fusión entre el country (o hillbilly) y el blues.

Su autor es Ernest Pop Stoneman (aquí podéis consultar su reseña biográfica). El narrador, imbuido del pesimismo de la época, se lamenta de que todo lo que tenía ha desaparecido. Aunque la letra es ficticia, Stoneman se podía sentir identificado con ella, pues él mismo experimentó las consecuencias de la Depresión, y, en cierto modo, le pasó lo que al protagonista, que «todo lo que tenía desapareció» después de que, en los años 20, fuera uno de los artistas más comerciales.

Ernest Stoneman la grabó el 9 de enero de 1934.

Os dejo ahora con la versión de The New Lost City Ramblers, incluida en su disco Songs from the Depression (1959).

Mac y Jenny Traynham son un dúo que revitaliza canciones antiguas. Su versión de All I Got is Gone aparece en Never Grow Old (2008).

¿Bailamos el vals?

waltz

Los inicios del country estuvieron muy ligados a los llamados barn dances o bailes del granero, así que no es de extrañar que sus artífices adaptaran un tipo de baile de salón de profunda raigambre en Europa, de donde procedían los antepasados de gran parte de los pioneros de country. Me refiero al vals, que abandonó entonces su carácter «aristocrático» y se popularizó en la música hillbilly. Escuchemos algunas muestras.

Empezamos con uno instrumental. Parece que sus orígenes están en una composición polaca de nombre Pitala Sie Pani, que fue descubierta por los americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Desde ahí la llevaron a Estados Unidos, donde la rebautizaron como Westphalia Waltz en honor a una ciudad de Texas. La grabación más importante fue la de Hank Thompson en 1955.

Willie Nelson homenajeó a Lefty Frizzell, el primero en grabar esta canción, Mom and Dad’s Waltz, en To Lefty from Willie (1977).

Volvemos a los valses instrumentales, cuyo protagonismo suele recaer en el violín o fiddle. Georgiana Moon –también conocida como Dreamy Georgiana Moon– fue compuesta en 1935 por Clayton McMichen, aunque la verdad es que no tuvo mucho éxito comercial (injustamente a mi parecer). Tal como dijo un desilusionado McMichen años después, «es una de las más bellas melodías que he escrito nunca. Pensábamos que nos haríamos ricos con ella. No vendimos suficiente ni para pagar la primera edición. Me dieron unos 75 u 80 centavos por escribirla». Escuchemos la interpretación de Silver and Strings.

Seguimos en la parte instrumental, pero ahora con otro instrumento. Escuchad cómo suena la mandolina en el siguiente vals, Down Home Waltz.

El valle de Shenandoah es un valle de Virginia al que Clyde Moody, apodado el «rey del vals hillbilly«, dedicó un vals. Escuchemos Shenandoah Waltz en la versión de Ernest Tubb.

El violista folk canadiense Andy De Jarlis es el responsable de esta versión de Starlight Waltz.

Goodnight Waltz es un vals tocado a la guitarra por Chet Atkins y Doc Watson. Aparece en el álbum Reflections (1980).

Y termino por hoy recordando los temas relacionados con el vals que ya hemos escuchado aquí:

De Waltz across Texas hemos escuchado la original de Ernest Tubb y la versión de Willie Nelson. Por no repetir, vamos ahora con la de Waylon Jennings, que pertenece a su álbum Music Man (1980).

Ahora, dos valses dedicados cada uno a sendos estados esenciales para el country, Tennessee y Kentucky. Primero Kentucky Waltz, escrito por Bill Monroe en 1946. En su día ya escuchamos la versión original, de modo que hoy pincharemos la que hizo Eddy Arnold en 1951.

Os dejo con la grabación de Patsy Cline del clásico Tennessee Waltz, grabado originalmente en 1950 por Patti Page y compuesto por Redd Stewart y Pee Wee King.

En 1959 lo versionó Connie Francis.

 

Como hermanos (XXII): Allen Brothers

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Brother in old town of Prague

Hoy vamos a aplicar nuestra lupa sobre una pareja de hermanos pionera en esto del country. Austin y Lee Allen nacieron en Tennessee, cerca de Chattanooga, lo que les valió que se les conociera con el sobrenombre de The Chattanooga Boys. En su niñez aprendieron a tocar varios instrumentos: Austin, nacido en 1901, se especializó en el banjo, mientras que a Lee, nacido en 1906, le dio por la guitarra y el kazoo o mirlitón (una especie de tubo, con una membrana dentro, en el que se sopla).

Iniciaron su colaboración en 1923, pero hasta tres años después no consiguieron su primer contrato discográfico con Columbia. Después trabajaron en Victor Records y Vocallion.

«Víctima» de las dificultades de la Gran Depresión, a principios de los años 30 seguían grabando, pero sus discos no vendían ni para mantener a sus familias, por lo que, en 1934, se desmantelaron como grupo. En cualquier caso, el período en que se mantuvieron en activo fue muy fructífero: entre 1927 y 1934 grabaron nada menos que 89 temas. Austin murió en 1959, pero Lee, que nos diría adiós en 1981, tuvo ocasión de volver brevemente a los escenarios cuando, a finales de los 60, se redescubrió la música folk de los primeros artistas de hillbilly.

Posteriormente, se reeditaron y remasterizaron sus temas, lo que explica que, a pesar de la antigüedad de las grabaciones, se conserven relativamente bien. Vamos con algunas de ellas.

En su primera sesión de abril de 1927 interpretaron Bow Wow Blues.

Salty Dog Blues fue una de sus grabaciones de mayor éxito, sobre la que volvieron una y otra vez (en 1927, 1930 y 1934). Este tema, al que ya dediqué una entrada que podéis leer aquí, se ha convertido en un estándar del bluegrass. Escuchémosla.

Del año siguiente data Ain’t That Skippin’ and Flying.

Free a Little Bird se presentó en el sello Victor Records en 1928.

En octubre de ese año grabaron por primera vez Prisoner’s Dream en Victor Records, que actualizaron en 1934 para Vocallion. La letra describe los sueños de un recluso.

En junio de 1930 grabaron I’ve Got the Chain Store Blues.

De noviembre de ese mismo año es Roll Down the Line.

Otro de sus mayores éxitos fue When You Leave, You’ll Leave Me Sad, fechada en 1931.

 

 

Como hermanos (XIX): Monroe Brothers

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Brother in old town of Prague

Bien podríamos decir que el dúo de hoy representa la quintaesencia del bluegrass. Empezaron en 1929 como un trío, formado por los hermanos Bill (1911-1996), Charlie (1903-1975) y Birch Monroe (1901-1982), pero este último se descolgó en 1932 y quedaron al frente Charlie y Bill.

Aunque los Monroe nacieron con una temprana fecha de caducidad, mientras estuvieron juntos revolucionaron la música hillbilly de su tiempo. En aquellos primeros años, los patrocinadores contrataban a los artistas como reclamo para que la gente comprara los productos que anunciaban en la radio; en el caso de los hermanos Monroe, su marca era de laxantes…

Su popularidad hizo que la RCA los contratara para una serie de grabaciones y, en un par de años, desplegaron una febril actividad, con unas 60 grabaciones para el sello Bluebird, dependiente de RCA.

Bill era todo un maestro de la mandolina. Su forma de tocarla, extremadamente rápida, y la importancia que le confería en cada uno de sus temas contribuyeron a hacer de los hermanos una de las parejas más cotizadas del momento. Finalmente, se separaron a principios de 1938 por diferencias personales, y cada uno se volcó en su carrera en solitario. Charlie formó el grupo The Kentucky Pardners, pero fue Bill, el «padre de la música bluegrass«, quien pasó a la historia con el conjunto The Blue Grass Boys. Lo suyo fue una alianza breve pero intensa.

Escuchemos algunas de sus grabaciones inéditas en este blog, donde, como recordaréis, ya hemos hablado de ellos alguna que otra vez, por ejemplo en la entrada Los hermanos pioneros. En otra, Oh, Susana no llores más por mí, que dediqué al banjo, nos deleitamos con What Would You Give in Exchange for Your Soul, un éxito instantáneo. Os dejo ahora con este tema en la versión de los hermanos Monroe de febrero de 1936.

En esa misma sesión, grabaron My Long Journey Home, un tema tradicional en el que el narrador, que ha perdido todo su dinero en el juego, no tiene más remedio que volver a casa.

En septiembre de 1936 salía al mercado el single Don’t Forget Me, grabado unos meses antes, en junio.

En octubre de aquel año inmortalizaron otra canción tradicional que ha gozado de múltiples versiones, Roll in my Sweet Baby’s Arms.

Ahora, All the Good Times (1937), en la que el protagonista se lamenta porque los buenos tiempos han terminado.

Las tres siguientes grabaciones pertenecen a su última sesión de grabación, fechada en enero de 1938. En primer lugar, A Beautiful Life, cuya letra recomienda hacer buenas obras, ya que la vida es muy corta.

Pearly Gates es un tema góspel, interpretado en clave bluegrass, en el que el protagonista espera que se abran para él las puertas celestiales como perlas.

La única de las tres que no tiene tema religioso es Have a Feast Here Tonight, un tema alegre en el que el narrador anticipa el festín que se dará cuando coja al conejo que merodea por su granja y lo cocine.

 

En Familia (V)

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A la manera de las estrategias de marketing de hoy en día, que reúnen a varios artistas famosos para una grabación, en julio de 1931 la RCA Victor hizo lo propio y sentó así un precedente. En la sesión de Louisville, Kentucky, la discográfica citó a los mayores iconos de la música hillbilly de la época, Jimmie Rodgers y la familia Carter. Escuchemos esta grabación.

Ahora, tres temas que se “enlataron” en febrero de 1932 en Atlanta, Georgia.
El primero es de corte religioso: hace referencia a la tierra donde seremos eternamente jóvenes, el cielo: “He oído sobre una tierra en una playa lejana. Es el hermoso hogar del alma construido por Jesús en las alturas; allí nunca moriremos, es una tierra donde nunca envejeceremos”. Vamos ya con este Where We’ll Never Grow Old, un góspel escrito tal vez en 1914 por James C. Moore.

En 1962 Jim Reeves la incluyó en su álbum We Thank Thee.

Tell Me that You Loved Me habla con amargura de la separación que vivieron los protagonistas en el río, mientras “la luna nos miraba, las estrellas parecían orgullosas, el río murmuraba al mar, las gotas de rocío besaban las rosas que se sonrojaban”.

En Happiest Days Of All el narrador recuerda en su vejez los días felices que pasó junto a su amada, recogiendo conchas en el mar: “Aunque mis cabellos están plateados y grises, los votos que hicimos en la orilla están frescos en mi recuerdo”.

En el programa de radio que comenzaron a hacer a partir de 1938, fruto de su contrato con la cadena de radio XERA (con sede en México pero cerca de la frontera con Texas), interpretaron una versión reducida de esta canción. Está fechada en 1939.

Los hermanos pioneros

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El country de los primeros años –la música hillbilly– experimentó un salto cuantitativo cuando, hacia mediados del siglo pasado, surgió el bluegrass (ver entrada 30 de enero de 2014). En el proceso que desembocó en el nacimiento de este estilo fueron decisivos los hermanos Monroe, que grabaron juntos entre 1936 y 1938.
Eran tres: Birch, Charlie y Bill. Al principio –desde los años 20; Bill, el más joven, se sumó en 1929– actuaban juntos; pero en 1932 el mayor, Birch, abandonó la música. Charlie y Bill se hicieron un nombre en las radios locales de la época, lo que suscitó el interés de la RCA, que los contrató en 1936 a través de su marca Bluebird Records. Hasta 1938 desplegaron una considerable energía: grabaron nada menos que 60 canciones. Luego, a principios de 1938 cada uno siguió su propio camino: Charlie fundó el grupo The Kentucky Pardners, y Bill otro llamado The Kentuckians, de corta vida.
No obstante, Bill llegaría a ser, con diferencia, el más conocido de los dos –sería apodado el padre de la música bluegrass–, y, a principios de los 40, se asoció con los Bluegrass Boys y siguió grabando con la RCA.
Escuchemos ya algunas de las primeras grabaciones de los hermanos Monroe.
New River Train pertenece a la primera sesión de grabación de los hermanos en Charlotte, Carolina del Norte, en febrero de 1936. El protagonista, harto de que su pareja tenga tantos amantes, regresa a su hogar en el tren New River.

Seguimos con la misma sesión de grabación. In My Dear Old Southern Home, como su propio nombre indica, evoca la niñez del narrador en el sur.

En octubre de ese mismo año grabaron The Forgotten Soldier Boy. La letra habla de un veterano de la Gran Guerra que se reincorpora a la vida civil y no encuentra sitio para él (“nos dijeron que cuando volviéramos seríamos los héroes de la tierra, pero cuando volvimos nadie nos ayudaba”).

Dos grabaciones más de octubre de 1936. La primera es The Old Crossroad, que insiste en que solo hay un camino para la puerta dorada que da acceso al cielo.

La segunda es otra canción góspel, My Saviour’s Train. El alma de un fallecido se dirige a casa en el tren del Salvador para reinar junto a Cristo.

Termino con una canción grabada en agosto de 1937 también en Charlotte, Carolina del Norte, titulada Sinner You Better Get Ready.

En Familia (I)

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Empiezo hoy una serie dedicada a los grandes éxitos del primer grupo conocido de la música country, la familia Carter. En 2008 la discográfica británica Not Now Music publicó un recopilatorio con dichos éxitos en un doble CD titulado The Carter Family: Wildwood Flower, no en vano uno de sus temas más populares. Echad un vistazo a la página web de esta compañía, http://www.notnowmusic.com. Encontraréis unos productos muy interesantes no solo de country, sino también de rhythm and blues, jazz, bandas sonoras de películas, soul, música clásica, orígenes del rock… pero todos con un nexo en común, que nos múisica de ahora como sugiere el nombre del sello.
Yo me hice con el CD en un reciente viaje a Bristol, Reino Unido, y no deja de ser curioso que la ciudad homónima de Tennessee guarde una relación tan profunda con la familia Carter. Fue en esa localidad donde se realizaron las primeras grabaciones country —en las que también participó la familia Carter—, de la mano del cazatalentos Ralph Peer (ver entrada dedicada a las grabaciones de Bristol).
No vamos a abundar más en la importancia de la familia Carter en la música country, os remito a la reseña biográfica que publiqué el 5 de abril de 2014. Vamos, pues, a la parte musical propiamente dicha.
Empezamos con la canción que abre y da título al disco, Wildwood Flower. El origen de este tema folk (recordemos que en los primeros tiempos los cantantes de country eran conocidos y se referían a sí mismos como cantantes de folk o de hillbilly music) habría que buscarlo en 1860, cuando se publicó por primera vez con música de Joseph Philbrick Webster (autor también de la canción de la Guerra de Secesión Lorenaentrada 24 de febrero de 2015— y del himno evangélico In the Sweet By and By) y letra de Maud Irving. Entonces se llamaba I’ll Twine ‘Mid the Ringlets. La primera grabación de la familia Carter tuvo lugar en Camden, Nueva Jersey, el 10 de mayo de 1928, y los catapultó a la fama. Maybelle Carter dijo de ella: «La primera vez que oí esta canción era una chiquilla. Mi madre la cantaba y la madre de mi madre también, lleva presente años y años. Es la canción más popular que hemos grabado nunca, y apenas hay un grupo de country que no la utilice». Va de una chica inocente que se fía de las promesas de su amado y se entrega a él, pero este la abandona. «Quiero verle y lamentar la hora oscura en que se fue y abandonó a esta flor silvestre», dice. Escuchemos ya a la familia Carter.

Reese Witherspoon la cantó en la película En la cuerda floja (2005), biografía sobre la figura de Johnny Cash en la que ella interpretaba a June Carter.

Webb Pierce, el cantante de la voz doliente

Webb Pierce
En una pequeña localidad de Luisiana vio la luz en 1921 este cantante de country, que alcanzó un éxito descomunal en la década de los 50, cuando nada menos que 13 canciones suyas alcanzaron el número 1.
Desde muy pequeño se interesó por la música hillbilly. Sus iconos fueron Jimmie Rodgers, Gene Autry y la música cajun en general, típica de su estado natal. A los 28 años empezó su carrera como profesional, cuando firmó un contrato con la discográfica Four Star Records, si bien ya antes había actuado como aficionado en numerosos locales. Para que su carrera despegara se sirvió de un pequeño ardid: en sus primeras actuaciones, compraba entradas para diversas muchachas a condición de que infundieran entusiasmo al público. La treta funcionó, y pronto empezó a colaborar con los grandes y publicó varios discos.
En 1951 firmó con la todopoderosa Decca Records y con ella consiguió sus primeros números 1. Cuando el Grand Ole Opry se vio obligado a prescindir de los servicios de Hank Williams por sus problemas con el alcohol, pusieron el ojo en este joven de Luisiana y a fe que no se equivocaron: en la década de los 50 fue el cantante de country más popular.
Pierce siempre será recordado por su atuendo en público, con esos trajes que le hacía un sastre de Hollywood. Y a lo largo de su vida protagonizó todo tipo de extravagancias: se compró dos descapotables que forró con billetes de dólares de plata y se construyó una costosísima piscina en su casa de Nashville con forma de guitarra. Finalmente, murió en 1991 de cáncer de páncreas.
Escuchemos uno de sus mayores éxitos, More and more (1954), escrito por Merle Kilgore y que se mantuvo diez semanas como número 1 de la prestigiosa revista del billboard.
El tema aparece en los títulos de crédito de la película Las colinas tienen ojos (2006). La letra es muy simple. El narrador, abandonado por su pareja, está superando la depresión y en el trance de olvidarla. El uso de la steel guitar es maravilloso y le añade un matiz nostálgico que evoca los ritmos hawaianos. Fue Pierce el primero que utilizó este instrumento en la canción Slowly, solo unos meses anterior a esta, y que también hemos escuchado aquí.

Familia Carter, el primer grupo de música country

Carter Family
¿Qué sería del folklore y el patrimonio musical americano sin esta familia? Nada o casi nada. Hablemos sobre ella. Sus miembros originales fueron Alvin Pleasant Delaney Carter, más conocido como A.P. Carter (1891-1960), su mujer Sara Dougherty Carter (1898-1979), y su cuñada Maybelle Addington Carter (1909-1978), que estaba casada con el hermano de A.P.
Todos habían nacido en las zonas rurales de Virginia y estuvieron en contacto con las tradiciones musicales más genuinas de Estados Unidos. La idea de formar un grupo partió de A.P., quien convenció a su esposa y a su cuñada para viajar desde Maces Spring, Virginia, donde vivían, a Bristol, Tennessee, donde el productor musical Ralph Peer estaba reclutando nuevos talentos hillbilly.
Hacia allá se dirigieron, y el 1 de agosto de 1927 realizaron sus primeras grabaciones. Sara sería la voz del grupo, mientras que Maybelle acompañaría con la guitarra y el propio A.P. tocaría el violín y, ocasionalmente, cantaría. Recibieron 50 dólares por cada canción que grabaron y unos derechos de medio centavo por cada copia que se vendiera de sus canciones. Para que os hagáis una idea, a finales de 1930 habían vendido más de 300.000 copias de sus discos.
En 1928, y a petición de su discográfica, la Victor Talking Machine, viajaron a los estudios centrales de Camden, New Jersey, a grabar una serie de canciones que, con el tiempo, se convertirían en grandes clásicos, entre otras Can the Circle be unbroken, Wildwood Flower –ambas ya comentadas en este vuestro blog, River of country– o Keep on the Sunny Side, que escucharemos hoy.
Su carrera musical se desarrolló en su estado natal, Virginia, hasta 1938, año en que se trasladaron a Texas, en concreto a la ciudad de Villa Acuña, fronteriza con México. Tres años más tarde se mudaron a Charlotte, Carolina del Norte.
La vida personal de la familia fue, por lo demás, bastante ajetreada. Sara se acostaba con el primo de su marido: el matrimonio se separó en 1932 y en 1939 se divorciaron con todas las de la ley.
Aun así, el grupo mantuvo la cohesión hasta 1944, cuando Sara se fue a California, donde se casó de nuevo, y A.P. dejó a la familia.
En vista de las deserciones, Maybelle decidió seguir la tradición con sus hijas June –célebre porque sería la futura mujer de Johnny Cash–, Helen y Anita. Mother Maybelle fue una presencia muy querida del Grand Ole Opry hasta su muerte en 1978.
Y ahora, como lo prometido es deuda, os dejo con Keep on the Sunny Side, que popularizó la familia Carter en 1928, si bien sus orígenes se remontan a finales del siglo XIX, cuando fue escrito como un himno evangélico. La letra de la canción nos anima a mantenernos en el lado soleado de la vida y esperar a que la tormenta y las nubes se diluyan en el tiempo. Here’s to the great music!