Tim McGraw o cómo compaginar el country con el cine

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El protagonista de hoy nació en Louisiana en 1967. No conoció a su padre, y hasta los once años creyó que el marido de su madre era su padre biológico. Cuando descubrió que, en realidad, era hijo de Tug McGraw, un conocido jugador de baseball de la época, estrechó la relación con él y la mantuvo hasta la muerte de su progenitor.
Uno de sus grandes ídolos era Keith Whitley (del que ya os he hablado). Tras la muerte de este, se fue a Nashville a emprender su propia carrera en el country. Por mediación de su “verdadero” padre, consiguió su primer contrato con Curb Records y su primer álbum vio la luz en 1993. Sin embargo, no sería hasta el año siguiente cuando asentara su triunfo con su segundo álbum, Not a Moment Too Soon, el álbum country más vendido de ese año.
Su presencia en los medios de comunicación aumentó todavía más tras casarse en 1996 con otra estrella del country, Faith Hill, con quien ha compartido varias giras. Su buena racha continuó con Everywhere (1997) y A Place in the Sun (1999). Su último álbum, Damn Country Music, apareció en 2015; hasta la fecha, han salido dos singles de este, Top of the World y Humble and Kind, que interpretó en la última gala de la Academia de Música Country.
Tim McGraw también ha hecho incursiones en el cine. Lo hemos visto en Friday Night Lights (2004), Un sueño imposible (2009) o Country Strong (2010), entre otras.
Escuchemos ya uno de sus múltiples números 1, Just to See You Smile. Pertenece a su álbum Everywhere (1997) y fue escrito por Mark Nesler y Tony Martin. Certificado como disco de oro tras vender más de medio millón de copias, el narrador dice que haría lo que fuera sólo por ver sonreír a la chica que ama. Incluso cuando la ve con su nueva pareja, le desea lo mejor y, si se presenta otra vez la ocasión, volvería a mentir para hacerla feliz.