Blue Moon of Kentucky. Bill Monroe, 1946

Si hubiera un himno nacional de la música bluegrass, sería este tema compuesto por Bill Monroe en 1946. El bluegrass surgió en la región de los Apalaches con raíces escocesas, irlandesas y galesas. No olvidemos que los colonos británicos llegaron a Nueva Inglaterra y trajeron sus propias influencias musicales, las cuales, al unirse con los elementos de jazz de los afroamericanos, dieron lugar a este subgénero.
En sus orígenes este tipo de música era conocido como hillbilly en general, como el resto de la música country, y el nombre de bluegrass proviene de una planta, la Poa pratensis, la “hierba azul”, que crece en el que se ha denominado “estado Bluegrass” porque Bill Monroe, el padre de este estilo, era originario de allí.
A estas alturas, ya os habréis dado cuenta de lo dados que son en Estados Unidos a asociar una canción a cada Estado, y, lógicamente, nuestro Blue Moon… se asocia con Kentucky, si bien el Kentucky Waltz, también de Bill Monroe, le hace competencia directa.
En la primera grabación de Columbia aparecían tres grandes del country: la voz de Bill Monroe, el banjo de Earl Scruggs y la guitarra de Lester Flatt. Más tarde, ya en 1954, un joven llamado Elvis Presley la eligió para grabarla dentro de su fulgurante inicio de carrera.
La canción es todo un canto a la naturaleza. El protagonista se lamenta porque ha sido abandonado por una mujer infiel (incluso las estrellas susurran que su amor se ha ido), pero, en fin, la vida sigue su curso y la naturaleza también, de modo que se consuela pensando que la luna azul, y triste, de Kentucky no dejará de brillar por eso.
Una recomendación: escuchad esta melodía con una copa en la mano una noche de calor asfixiante. Cualesquiera que sean las circunstancias, la vida siempre seguirá adelante…
En 2002 la Librería del Congreso confirió al tema una protección especial mediante su inclusión en el Registro de Grabaciones Nacionales.