El silbato del tren (X)

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Wagon Wheel es una canción que Bob Dylan dejó inacabada y que 25 años después, en 2005, retomó y grabó Ketch Secor con su grupo Old Crow Medicine Show. El protagonista viaja a su hogar y le pide a su novia que le meza como si estuviera en un vagón de tren. Años después, en 2013, la versionó Darius Rucker. Bajo estas líneas vemos un vídeo del Grand Ole Opry en el que intervienen Rucker y Old Crow Medicine Show.

Puesto que las historias de trenes han cautivado desde siempre la imaginación y los ritmos de la música country, no es de extrañar que la primera grabación de este género que alcanzó la cifra de un millón de unidades vendidas, en 1924, tuviera que ver con ellos. Wreck of the Old 97, obra de Henry Whitter, describe un accidente ferroviario acaecido en 1903 en el que un tren correo descarriló por exceso de velocidad. El hecho de que no fuera un tren de pasajeros evitó que la tragedia fuera mayor, aunque fallecieron once de los 18 empleados que viajaban a bordo. Os dejo con la versión de Roy Acuff.

Otro accidente, esta vez ficticio, es el que cuenta Wreck of Number Nine, sobre un joven maquinista que recibe órdenes de conducir en una noche tormentosa. Su novia, con la que planea casarse pronto, se despide de él con lágrimas en los ojos y, en efecto, un accidente le cuesta la vida. La canción fue escrita por Carson Robison en 1927 y una de las grabaciones más conocidas es esta de Jim Reeves, que, curiosamente, perdió la vida de forma parecida, en un avión pilotado por él mismo durante una noche de tormenta.

25 años sin Roy Acuff

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La primera superestrella del Grand Ole Opry, Roy Acuff, moría tal día como hoy hace 25 años. Aunque ya hablé de él en su biografía –que podéis repasar aquí, donde además disfrutaréis de uno de sus temas más conocidos, The Great Speckled Bird–, con motivo de esta efeméride recordaré de nuevo su figura y la influencia que ha ejercido sobre la música country.

Sus inicios musicales fueron tardíos. En su juventud empendió una carrera deportiva en el campo del baseball y quiso jugar con los New York Yankees. La abandonó a principios de los años 30 y probó suerte en el Grand Ole Opry, donde fue rechazado hasta su inclusión definitiva en 1938.

En 1988 celebró su medio siglo en la institución. Todo ese tiempo dio para que se convirtiera en una de las grandes personalidades del country. Durante la guerra, los soldados estadounidenses desplazados en Alemania y Japón escuchaban sus discos en los ratos libres. En 1942 fundó su propio sello discográfico junto a Fred Rose, con Hank Williams entre sus filas. Este lo alabó en estos términos en una entrevista que concedió en 1952: «… Roy Acuff es el mejor ejemplo de lo que entiendo por sinceridad. Es el mejor cantante que haya conocido nunca la música. Si le contratas, no te tienes que preocupar de cuánto público asistirá. Para atraer el poder en el Sur, eran Roy Acuff y luego Dios», sentenciaba. Acuff era su ídolo y Fred Rose su inspiración.

En 1962 Roy hizo historia al convertirse en el primer artista vivo que ingresaba en el Salón de la Fama de la música country (los primeros habían sido Hank Williams y Jimmie Rodgers, ambos a título póstumo). Su figura es tan esencial para la industria, que uno de los personajes de la película Nashville, de Robert Altman, se inspiró en él.

Las canciones sobre trenes siempre han tenido un lugar destacado en el country y las de Roy son un buen ejemplo de ello. En los balbuceos de este blog escuchamos ya Wabash Cannonball (aquí podéis ver la entrada). Cuando el Salón de la Fama del Rock and Roll elaboró una lista con las canciones más relevantes del género, esta grabación de 1936 figuraba en ella.

Os dejo ahora con otra canción de trenes, Night Train to Memphis, un éxito para Acuff en 1943.

¿Todavía queréis más? Pues escuchad primero Fireball Mail, un clásico del bluegrass sobre un tren correo que va como un bólido. Acuff lo grabó en 1942.

Ahora, Wreck of the Old 97, dedicado a un accidente ferroviario por exceso de velocidad que tuvo lugar en 1903, casualmente el año del nacimiento de nuestro protagonista.

En 1941 Roy Acuff grabó The Precious Jewel, cuya letra evoca la muerte de la novia del narrador cuando solo tenía 16 años y a la que se refiere como «una joya aquí en la tierra y una joya en el cielo».

Termino con un tema gospel, Where the Soul Never Dies, donde el narrador confía en ir algún día a un lugar donde no haya tristes despedidas, donde todo sea amor y el alma nunca muera.

El despegue definitivo de la música country

WRECK OF THE OLD 97
No sería hasta el año siguiente, 1924, cuando se grabaría un disco que superara los 7 millones de unidades vendidas, cantidad más que respetable teniendo en cuenta que nos encontramos en los años 20. Marion Try Slaughter sería el artífice de esta gesta. Nació en Texas y se dedicó a la ganadería. Uno de sus primeros trabajos fue conducir el ganado entre dos ciudades tejanas, Vernon y Dalhart; el amor que sentía por estas tierras hizo que su nombre artístico fuera una combinación de ambas, y como Vernon Dalhart ha pasado a la historia. Huérfano de padre desde muy pequeño -fue asesinado por su tío-, la familia se trasladó a Dallas, Texas, donde Vernon tocaba el arpa y la armónica y estudió en el conservatorio de música. Su formación musical le permitió trasladarse junto con su familia a Nueva York, entrando en contacto con el mismísimo Thomas Alva Edison.
En 1924 (el día exacto no se conoce) tuvo lugar la grabación que más contribuyó a la popularidad de la música country. La Victor Talking Machine la auspició, y Dalhart eligió para ella un tema dedicado al descarrilamiento ocurrido en 1903 cerca de Danville, Virginia, del correo Fast Mail número 97, que dejó 11 muertos y 7 heridos; hablamos, claro, de la canción Wreck of the Old ’97. En la otra cara, encontramos una deliciosa balada country, The Prisoner’s Song, cuya letra habla del último encuentro entre un convicto, que va a entrar al día siguiente en la cárcel, y su amada.
La fuerza de estas dos canciones hizo que este fuera el primer disco en EE.UU. que superara el millón de unidades vendidas. Ningún otro estilo había sido hasta entonces capaz de tal proeza. Hubo que esperar al country. Y a uno de sus pioneros más legendarios: Vernon Dalhart.